Libro: The Eyes
Nunca se es demasiado joven para escribir.

Si buscas hosting web, dominios web, correos empresariales o crear páginas web gratis, ingresa a PaginaMX
Por otro lado, si buscas crear códigos qr online ingresa al Creador de Códigos QR más potente que existe


La despedida
 
 
 
 
 
                Después de pasar la noche en el bosque sin compañía de nadie más que no fuera el cuerpo de Caroline llamé a Gabriella. Decidí desaparecer del mundo normal, como lo había hecho Caroline, le dije a Gabriella que hablara con nuestros padres, que inventara que fue un secuestro o algo, que no sabían donde estábamos, o si seguíamos con vida. Dejé el cuerpo de mi  hermana frente a la comisaria para que pudieran enterrarla y sobre de ella coloqué una nota especificando que yo había sufrido el mismo destino, que supuestamente había sido asesinado, había decidido desaparecer por completo de la vida de mis padres. Me costó hacer que Gabriella accediera en muchas partes de mi planteamiento, pero al final, no tuvo mas remedio ya que era mi vida y no estaba dispuesto a que nadie más la cambiara.
 
 
 
 
                Me hallaba parado en una colina, el sol se ocultaba en el horizonte, unas finas capas de color naranja cubrían todo. Todos estaban de negro abajo, y visualicé a mi madre llorando junto con mi padre, también vi a nuestro vecinos de Boston, allí estaban Matilde y Carlos ambos lloraban, y Carlos no dejaba de ver la tumba de Caroline; También estaban Emily, Brandon e incluso Anthony con su novia Jessica, distinguí la figura de un muchacho acercándose a mi lapida, este puso la mano sobre ella y la vio fijamente, sabía que había susurrado algo pero, aunque estaba muy lejos para oírlo, sabía quien era, George estaba allí, llorando por mi muerte junto con los demás, aquello hizo que mis ojos se pusieran un poco rojos, pero aguanté las ganas de llorar, sabía que no había otra solución.
 
- ¿Crees que es justo que tengan que sufrir doble? – Una voz me hizo sobresaltar –
 
- Nadie dijo que sería justo Gabriella, pero es el precio que hay que pagar por ser un vampiro.
 
- ¡Eso no es cierto, Liann! Puedes compartir varios años más con tus padres antes de que se den cuenta de que no envejeces.
 
- ¿Y luego qué? ¿Hacerlos sufrir otra perdida? No lo creo… Mejor así. Todo de una vez… - Gabriella guardó silencio –
 
- ¿Son para Caroline? – Preguntó refiriéndose al ramo de rosas que tenía en la mano –
 
- Sí, se las entregaré cuando todos se vayan – Hubo una pausa –
 
- Puede que entienda por qué quieres desprenderte de tu vida humana, pero ¿Por qué irte y dejarme? No tiene sentido Liann…
 
- Ya te lo dije, tú formaste parte de mi vida humana, y quiero tratar de superarla solo, no quiero seguir sufriendo, y mientras esté en este estado junto a ti, tú también estarás mal… Tampoco podré vivir bajo el mismo techo que Ryan. Tampoco quiero seguir teniendo este sentimiento agobiante que no se que es, necesito mi tiempo, mi espacio. Volver a ser yo.
 
- A él no lo culpes… está mal Liann, pero sabes que si lo que necesitas es que no mudemos a otra casa, no tengo ningún problema…
 
- No Gabriella, lo siento. Quiero que te alejes de mí por un tiempo.
 
- Pero Liann… - Me acerqué y la tomé por el rostro –
 
- Gabriella… Tenemos una vida eterna, el tiempo no es problema para nosotros, así que quiero que no te preocupes por esto, todo se arreglará a su debido tiempo.
 
- ¿Y si muero?
 
- No lo harás, Ryan estará allí para cuidarte.
 
- ¿Qué hay de ti? – Esta me miraba a los ojos a punto de llorar –
 
- Yo estaré bien… Confía en mí.
 
                Gabriella me abrazó y yo coloqué una mano en su espalda, no quería hacerlo mas difícil.
 
- Ahora vete a casa por favor, Gabriella – Esta me iba a refutar pero no se lo permití - ¡Ahora! – no se movió –
 
                Giré mi cabeza y vi que ya no había nadie cerca de la lápida de mi hermana, así que bajé y coloqué las flores junto a ella.
 
- Lo siento por no haber cuidado lo suficientemente bien de ti hermanita, nunca me perdonaré por lo que te pasó, si solo le hubiera arrancado la cabeza a ese… - No quería seguir recordando aquel momento – Lo siento Caro… No sabes cuanto te voy a extrañar – Toqué la parte superior de la lapida de mi hermana y leí el inscrito, giré mi cabeza para ver si Gabriella seguía en la colina pero había desaparecido –
 
                Subí una colina cerca del pueblo, la cual me daba vista a todo este, sabía que había ido allí para cambiar mi vida como humano, para buscar mejorar y avanzar como todo hombre quiere, quería casarme y tener hijos, envejecer junto a mi esposa y rodeado de nietos, pero esto ya no era posible. Mi vida había cambiado, había vuelto a nacer, ahora era un monstruo, alguien que solo lleva a la muerte consigo. Pero sin embargo, tenía un objetivo, encontraría a Carl donde quiera que estuviera y lo haría pagar por lo que le hizo a Caroline, pagaría cada una de sus lágrimas derramadas y cada gota de sangre que derramó a causa de sus heridas. Sabía que no sería fácil pero tenía todo el tiempo del mundo conmigo, porque al final de todo… ya era un vampiro.

Agregar un comentario

Tu nombre o Ingresar

Tu dirección de correo (no se mostrará)

¿De qué color es el pasto? (chequeo de seguridad)

Mensaje *

© 2024 Libro: The Eyes