Libro: The Eyes
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La Sangre
 
 
 
 
Ryan cargaba a Gabriella en su espalda, como si fuera un bolso. Toda su camisa estaba bañada en sangre y era tanto el desastre en ellos que no vi de quien era la hemorragia. Ryan corrió a la cocina y yo lo seguí. Tumbó todos los objetos que se encontraban sobre la mesa, y acostó allí a Gabriella.
 
- ¡Lo siento Gabriella no lo vi venir! – Decía Ryan  con un tono desesperado, arrancando un pedazo de manga que ya estaba casi desprendido de la franela de Gabriella – ¡Liann agua! – Corrí en busca de agua y saqué una jarra que había en la nevera, tan pronto la tuve en mis manos se la di a Ryan –
 
No podía creer lo que sucedía, Gabriella jadeaba y se retorcía del dolor. Ryan vertió agua en el hombro de Gabriella, me percaté de que su brazo estaba casi desprendido del cuerpo. Ryan se llevó las manos a la cabeza y luego juntó las partes como si fueran a pegarse, pero no ocurrió nada.
 
-¡Maldición! – Algo seguía llenando de sangre a Gabriella pero no era su herida, allí me fijé que a Ryan le faltaba el dedo anular de su mano izquierda – Piensa Ryan, piensa – Hablaba para él mismo – Gabriella, esto te dolerá un poco - Ryan comenzó a morder ambas partes de Gabriella, como si las engrapara con los dientes. A su vez, Gabriella gritaba y se retorcía de dolor, gritaba tan fuerte que pensé que se le desgarraría la garganta –
 
- ¡¿Qué haces?! – Pregunté angustiado –
 
- Cierro la herida con mi veneno – Ambos vimos como su brazo se adhería al torso, y en Ryan se vio un destello de emoción, yo sin embargo seguía agitado y nervioso - ¡Liann corre al sótano y busca en un refrigerador una bolsa de sangre y una intravenosa!
 
                Bajé al sótano tan rápido como pude, y busqué una bolsa de sangre. Pensé que solo encontraría un par de bolsas, pero me encontré con un refrigerador grande, lleno hasta el tope de bolsas de sangre como para alimentar a cientos de vampiros. Tomé una de las bolsas y luego fui en busca de la aguja intravenosa. Llevé ambas cosas a Ryan, y me mando en busca del tubo metálico para sostener la bolsa de sangre. Tan pronto lo llevé a la cocina armé todo aquello, Ryan seguía mordiendo el brazo de Gabriella y esta se retorcía del dolor. La tomé de la mano sin pensar en lo que hacía, y esta me la apretó tan fuertemente que chillé del dolor.
 
- ¡Suéltala! – Intenté obedecer pero fue imposible –
 
                Gabriella se agitó y me aventó contra unas gavetas que estaban cerca, me paré pero la mano con que la agarré me dolía tanto que no la podía utilizar. Inmediatamente me percaté de que me había hecho una herida profunda en el brazo, al parecer el mesón se había roto y una parte afilada me lo había rajado.
 
- ¡Échame una mano! – Dijo Ryan, me incorporé lo más deprisa que pude y sostuve a Gabriella. Algo de sangre cayó sobre la herida y esta me ardió un poco, pero traté de ignorar el punzaso y seguí ayudando a Ryan -
 
- Ya detuve la hemorragia Gabriella, te colocaré una intravenosa para suministrarte sangre – Intentó ponerle la intravenosa pero Gabriella se movió de tal manera que la rompió, aquella imagen me causo dolor mental, fue doloroso tan solo de verlo – ¡Maldición Gabriella, no las rompas no tengo muchas! – Corrió en busca de otra y en unos segundos volvió con varias entre sus manos -  Necesito que te calmes - Esta respiró hondo y trató de no moverse, pero sin embargo se agitaba. Aun así Ryan logró colocársela sin mayor dificultad – No puedo hacer más.
 
- ¿Ya estará mejor? – Pregunté asustado –
 
- Si, tuvimos suerte que no perdió toda la sangre o de lo contrario… - Aquello me dio una mala sensación –
 
- ¿Cómo está tu dedo?
 
- Casi lo olvido – Ryan bajó al sótano, y en cuestión de segundos regresó con un vendaje en la mano izquierda, y una bolsa de sangre en la boca. Se terminó de acomodar el vendaje y luego mordió la bolsa de sangre para chuparla, aquello me causó nauseas.
 
- Tranquilo, algún día tendrás que beber esto – Dijo Ryan –
 
- Pues espero que sea pronto, no se si pueda acostumbrarme a ver eso mientras sea humano – Este sonrió un poco, ambos nos arrecostamos contra una columna de la casa, y nos sentamos apoyándonos de esta - ¿Recuperarás tu dedo? – Este alzó su mano izquierda para mostrarla –
 
- No… Supongo que será un problema si decido casarme… - A pesar de la situación sonreí un poco con aquello – Perdón por lo de Gabriella, todo nos salió mal.
 
- No es tu culpa.
 
- ¡Si lo fue! Fueron los cuatro miembros de su familia, pero Frank estaba dispuesto a negociar, lo noté. Él enserio nos dejaría ir si te entregábamos – El corazón se me aceleró - Pero rápidamente se percató de que no te habíamos llevado, y se puso hostil. Su furia fue gigantesca, el pensó que te entregaríamos, estaba confiado de que yo te llevaría, pero cuando lo mencionó, Gabriella le refutó y dijo que eras parte de nuestra familia, todo lo que dijo fue “¿Familia? ¿Consideras a ese humano tu familia? ¿Esa escoria logró significar más que yo?” pero su charla era una distracción y Gabriella había caído en ella, yo sí me percaté de que uno de los Boenigk asechaba a Gabriella. Una muchacha rubia se aproximaba a espaldas de ella para arrancarle la cabeza, y yo tan pronto lo noté corrí hacia ella y la empuje con tal fuerza que esta salió disparada contra un árbol. Al voltear vi a Gabriella, ella ya estaba luchando con uno de ellos, y aun quedaban dos de pie, traté de acabar con la vida de la muchacha que había embestido para encargarme de los otros, pero Carl, la mano derecha de Frank me embistió a mi, yo lo golpeé y derribé, y noté que Gabriella había podido contra a su adversario y fue directo a Frank. Ella alzó la mano para rasgarle la cara pero la muchacha a quien yo envestí al principio la tomó por el brazo y la patio por la cintura, allí fue cuando Gabriella sufrió su herida. Todo fue rápido, no pude impedir la lesión de Gabriella  pero si rasgue la cara de la rubia y ella cayó unos metros lejos de nosotros, me puse a Gabriella encima para retirarnos. Hasta el momento Frank no había movido ni un pelo, ni siquiera cuando Gabriella intentó desgarrarle la cara, pero cuando traté de huir me tomó por la mano, y como tenía sangre en ella se le resbaló, pero logró tomar mi dedo anular de forma firme y se lo quedó – Alzó su mano para mostrar la mano vendada –
 
                Hubo un momento de paz hasta que se escuchó la voz de Gabriella desde la cocina, y fuimos a verla.
 
- ¿Cómo te sientes? – Pregunté –
 
- Sedienta – Dijo con una voz muy débil –
 
- Tranquila, estarás mejor – Dijo Ryan - Aun estas débil para cazar, incluso para morder las bolsas... Perdiste mucha sangre Gabriella. Lo siento.
 
- Siempre crees que es tu culpa, y no es así Ryan.
 
- Si no te hubiera dejado ir…
 
- Si no hubiera ido capaz estarías muerto ahora.
 
- Basta, no es el momento – Dije -. Vamos a que te laves para que luego vayas a tu habitación, allí estarás mas cómoda con la intravenosa.
 
- Liann tiene razón, vamos.
 
                Fui a lavar la sangre de Gabriella tenía en mis brazos y luego a curar mi herida, pero para mi sorpresa el corte que tenía en mi brazo había desaparecido.

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