Libro: The Eyes
Nunca se es demasiado joven para escribir.

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Prefacio

 

 

 

           

         Me dirigí hacia el bosque, y sentí como me observaban desde adentro, mi corazón y mi respiración se comenzaron a acelerar, pasé unos tres árboles, o eso creía yo. Ya me encontraba lo suficientemente adentro del bosque como para que ya no penetrara mucho la luz de la fiesta. De pronto, me quedé petrificado en donde me hallaba parado, sentí una gélida respiración en mi cuello y una mano fría me tocaba la cintura, y de repente, se me calentó. Pero no era por el calor, sino por el intenso frió que me quemaba. Sentí como alguien respiraba en mi cuello, y luego todo pasó muy rápido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Día Nublado

 

 

 

 

            Masticaba con pereza mi cereal con leche, el cual me había preparado esa mañana.  Me encontraba agotado y frustrado, no era nada emocionante volver a clases. Esperaba que mi hermana menor Caroline se terminara de arreglar, según ella la primera impresión era muy importante. Estoy de acuerdo con ello pero mi hermana exageraba. Estuve esperando con mucha paciencia pero no bajaba de su recamara, así que subí a ver que hacía. Mis ánimos se encontraban bajos, quería volver a mi otra ciudad y poder estar en mi anterior hogar, y mis antiguos amigos, pero sobre todo extrañaba a mis padres.

 

            Me paré de la mesa redonda que se hallaba en medio de la cocina, dejando el plato con cereal a medias, me dirigí a las escaleras que se encontraban en la sala, las paredes eran blancas de drywall, y en una de ellas se encontraba una puerta grande de vidrio corrediza, que daba hacia el patio de la casa.

 

Mientras subía las escaleras la llame.

 

- ¡Hey Caro! – Grité mientras subía por las escaleras –

 

No conseguí respuesta alguna, así que volví a intentarlo.

 

- ¡Caroline! Se hace tarde, ¿Qué estás haciendo?

 

Esta niña si es lenta, a este paso no llegaríamos a la escuela – Murmuré para mis adentros -.

 

Escuché unos golpes como si cerraran varias gavetas y luego se cayeran lápices al piso, fue cuestión de unos segundos para que escuchara su respuesta.

 

- ¡Voy! ¿Qué te cuesta esperar en el coche? – Dijo con cierto enojo mientras salía de su habitación dando brincos y a su vez se colocaba unas sandalias nuevas que mamá le había comprado como regalo de despedida -

 

- Tienes 5 minutos o si no te irás a la escuela utilizando tus lindos pies, y si te parece buena la idea mira la llovizna por la ventana – Dije justo después de haber perdido la poca paciencia que me quedaba -.

 

            Había comenzado a lloviznar, y el tiempo se encontraba nublado. El ambiente tenía un tono gris, lo cual no era muy alentador. Salí por la puerta y me coloque la capucha de mi suéter azul marino pero aun así me moje un poco el cabello, y entré a mi coche, a continuación me seque un poco y trate de peinarme y vi por mi retrovisor y observe que mi cabello marrón se encontraba un poco mojado pero aun así no preste mucha atención.

 

         Mi auto era un Chevy C2 azul oscuro del 2009. Lo encendí y esperé a que mi hermana saliera por la puerta para ir al colegio. Prendí la radio pero en realidad no escuchaba la música ya que me sumergí en mis propios pensamientos. Me imaginaba cómo sería ese primer día de escuela. De repente me invadió el mal humor, ya que pensaba en que quizás resultaría una gran tortura. Perdí la noción del tiempo por un momento, y no me di cuenta que tenia el rostro contra la ventana hasta que me quemo el frió de ella, ya que afuera había descendido la temperatura de manera notable. Me separé de ella y toqué la corneta del carro para apresurar a mi hermana. Me encontraba al borde de mi paciencia ¿Qué tanto hacia esa niña?

 

La puerta se abrió con fuerza y mi hermana salió por ella con una sombrilla de color negra.

 

            Corrió al coche y entró por la puerta del copiloto.

 

- ¡Ya está! Llegué… ¿Tan ansioso estás por volver a clases? – Dijo en tono burlón y con una sonrisa de oreja a oreja. Ella sabía que odiaba la idea de empezar clases en otra ciudad -

 

- Ojalá fuera así… - Dije en tono bajo casi para mí mismo -

 

 

 

 

            Estacioné el coche en la Preparatoria de Neah Bay, y me quedé viendo el edificio que se hallaba delante de mí. Hacía frío afuera, se notaba por que muchas personas se encontraban abrigadas. Pero algunos vestían prácticamente como en un día de verano ya que la mayoría estaban acostumbrados a esas temperaturas.

 

Apague el coche y noté como mi hermana volteó para verme a la cara.

 

- ¿Piensas quedarte aquí? – Me dijo -.

 

- Bájate – Dije y abrí la puerta para salir de mi auto -.

 

            Mi hermana hizo lo mismo y se bajó del coche, pero ella se me adelantó, y entró al edificio. Yo me recosté contra el capó de mi Chevy, saqué mi celular del bolsillo de mi pantalón para llamar a mi madre la cual vivía en Boston; no pasaron más de 2 segundos antes de que mi madre contestara.

 

- ¡Hijo! – Dijo con emoción – ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu hermana? ¿Ya están…? – La interrumpí –

 

- Si ma… todo bien, te llamaba para decirte que ya estamos en la escuela y que no ha habido inconvenientes.

 

- ¿Y como está tu hermana? – Hablaba con rapidez e impaciente por saber todo lo que hacíamos -

 

- Bien mamá. Caroline está emocionada por el primer día de clases, es más, ni siquiera está conmigo. Ya entró al edificio – Me había estresado un poco, no había sido una buena idea llamarla, su impaciencia me incomodaba -

 

- Uhm… Bueno sabes que tienes que cuidarla – Se apresuro en decir -

 

- Si ma… - Ya me iba a estresar con el tema de nuevo – Bueno ma te dejo voy a entrar a clases.

 

- Bueno hijo estamos hablando, me llamas en la noche.

 

- Okay. Chao ma.

 

- Chao Liann, que pases un buen día.

 

            Colgué el teléfono, y luego vi la pantalla, y me fijé que eran las 7: 53. Ya iba a ser hora de entrar a clases, fui por mi horario de clases a la recepción. La escuela era algo vieja pero no estaba mal, aunque seguía sin gustarme el ambiente deprimente de la ciudad, tan pronto tomé mi nuevo horario me dirigí a mi clase de matemática. Que linda forma de empezar clases un lunes.

 

Iba por el pasillo buscando mi salón de clases cuando tropecé con un muchacho alto de pelo negro casi rape y pálido, sus ojos eran oscuros casi negros e infundían terror, o al menos a mí. Me disculpé, pero él se limito a mirarme con cara de enfado y cerro con fuerza su casillero y se marchó ¿Qué demonios le ocurría a ese tipo?

 

Antes de entrar a clases vi a mi hermana conversando con unas muchachas, tan arregladas como ella, y si no supiera que es su primer día en la escuela, creería que las conoce de toda la vida. Me acerqué a ella y le dije:

 

- Acabo de hablar con mamá, preguntó por ti y dijo que te llamari… – Me interrumpió –

 

- ¡Ajá! – Dijo al tiempo que alzaba una mano para callarme, casi sin dirigirme la mirada – Bueno como sea, mama no importa ahorita –  Dijo sin vacilar –

 

            Me invadió la ira, no solo por el comentario que había hecho, sino que solo trataba de dar la imagen de “la chica mala” frente a sus nuevas “amigas”, pensé que la golpearía o comenzaría a insultarla, pero me calmé y di media vuelta para dirigirme al salón de clases de matemática.

 

            Tome asiento en uno de los últimos puestos, ya que fui uno de los primeros en llegar y aún no se encontraban ocupados. Esperé hasta que empezó la clase, pero antes de ello me había fijado que el muchacho con quien me había tropezado estaba entrando al salón y me dedicó una mirada de rabia, o al menos eso parecía. Y luego tomaba asiento lo más lejos posible de mí. Luego entro una morena muy hermosa, y le pidió al muchacho que me odiaba (no estoy seguro de si me odia, pero esa es la impresión que da) que si le podía prestar ese asiento, ya que no traía sus lentes y no veía de lejos, el volteó y yo seguí su mirada, y me percaté de que solo quedaba un asiento disponible, y ese se encontraba a mi lado, valla suerte la mía.

 

            El sujeto se paró como con amargura, y tan duro, y tan rápido que el asiento se desplazó un poco e hizo ruido, y se sentó a mi lado, en el único asiento disponible. Después tiró los cuadernos y libros sobre la mesa. Empezó la clase pero no me podía concentrar, lo que hacía era ver a ese sujeto, pero no sabía porque me llamaba tanto la atención. Era blanco con los ojos oscuros, su mirada estaba concentrada es sus manos ya que andaba jugando con un lápiz. Se lo pasaba entre los dedos y de mano a mano con gran agilidad, parecía no interesarle en absoluto la clase, se veía concentrado en lo que hacía y su aptitud radiaba amargura, se notaba en su cara que su mirada era de rabia y como con ganas de descuartizar a alguien, y creo que ese alguien era yo. Volteé y traté de concentrarme en la clase, y vi que el profesor Víctor Singler ya iba en medio del desarrollo de un problema.

 

- ¡Diablos! – Dije para mi mismo, note que unos ojos se clavaban en mi y asi de rápido como me miraron dejaron de hacerlo –.

 

            En cuanto terminó su explicación colocó 3 ejercicios en la pizarra, y dijo que nos daba 20 minutos para resolverlos. En eso todos soltaron un bufido de desaprobación, pero todos comenzaron con el desarrollo de los problemas, pero yo no sabia como empezar. Así que me fijé bien el pizarrón y hasta que comprendí, comencé a hacer los ejercicios y no me costó darme cuenta de que eran largos, e iba a tardar más de 20 minutos en hacerlos. Y claro, como concentrarse con un tipo a menos de 2 metros que al parecer te quiere matar.

 

 

Volví a voltear disimuladamente para fijarme que hacía. Me di cuenta que no había estado haciendo nada distinto, seguía matando tiempo con su lápiz, al parecer no era el único que odiaba con todo su ser el primer día de escuela. Me pregunté si también sería nuevo en el Instituto. Al parecer no fui muy cauteloso ya que volteó para verme, supuse que sabía que lo observaba.

 

El profesor nos llamo la atención.

 

- ¡Disculpe! Señor… - No continúo la frase al percatarse que no conocía mi nombre –

 

- Liann.

 

- ¿Liann…?

 

- Liann Sullivan.

 

- Bien, señor Sullivan ¿Algún inconveniente?

 

- Para nada señor Singler – Dije lo más agradable posible -.

 

- ¿Y usted señor Growney?

 

- No señor Singler, no hay ningún problema – Dijo con una voz ronca y amenazadora para mis oídos –

 

- ¿Por qué no viene y me muestra lo que está haciendo con sus ejercicios Señor Growney?

 

            Sabía que no había hecho nada porque se había pasado toda la clase jugando con su lápiz, y si lo atrapaban a él de seguro a mí también, ya que el profesor Víctor creía que yo estaba hablando con él, o al menos eso supondría yo. Se escucharon unos golpes a la puerta y el profesor se dirigió hacia ella para abrirla, me volteé para susurrarle algo a Growney, y vi un movimiento borroso en donde se hallaban sus manos. No se que fue, pero creo que me mareé.

 

El profesor interrumpió la clase.

 

- Ryan Growney, lo necesitan afuera.

 

Tomó sus cuadernos y se paró rápido y con cara de molestia. Salió disparado por la puerta.

 

- Un momento señor Growney, antes muéstreme sus anotaciones – El señor Single al ver el cuaderno puso cara de sorpresa – Veo que ha entendido la clase y puedo resolver todos los problemas en 13 minutos y sin ningún error, felicitaciones señor Growney.

 

            Se limito a asentir con la cabeza, y se fué.

 

¿Qué habrá ocurrido? Me quede pensando en que le ocurría a ese tal Ryan ¿Qué habré hecho mal? Tanto fue mi concentración por el tema que sonó el timbre de fin de hora y se me había pasado rapidísimo. Me levante de mi asiento y salí al pasillo en busca de los otros cuadernos en mi casillero, los cuales había dejado antes de entrar a clases. Cuándo me hallaba en el, vi que mi hermana se acercaba a mí. Se paró a mi lado.

 

- Liann, ¿que había dicho mamá?

 

- Pensé que no querías saber nada del tema – Dije con amargura –

 

- Que rareza tú, de mal humor - Dijo con un tono de sarcasmo – Dime Liann no tengo toda la mañana.

 

- Que la llames en la noche – Me di media vuelta para irme, pero escuché que comenzó a hablar-

 

- ¡Uy! Esta noche no creo que me pueda sentar a hablar con ella.

 

- ¿Y más o menos por qué no puedes? – Dije con un tono de sorpresa mientras me giraba para verle la cara de nuevo –

 

- Tengo una fiesta hoy en la noche, en la costa

 

- ¡¿Ah?! ¿Qué tu qué? – Me invadió la ira, no por el hecho de que ya haya hecho “amigos” si no que no sabe ni cruzar una calle, entonces ¿cómo pretendía que la dejara ir sola? Y mucho menos si ni siquiera conoce bien a las personas que van, si mamá se entera de ello me mataría – Lo siento pero estas bajo mi responsabilidad y no puedo dejarte ir.

 

- ¿Y de cuando aquí tengo que pedirte permiso? – Dijo con altanería –

 

- Desde que mamá dijo que eras mi responsabilidad – Alcé la voz, sentí algunas miradas, sabía que nos observaban, incluso había detenido su marcha para observarnos -

 

- Como digas… El punto es que iré, y tranquilo no me tienes que llevar, Ashley me llevara a la fiesta.

 

- ¿Sabes que? Es tu problema. Así que anda, ve. Pásala bien con tus “amigos”.

 

- Como sea - Dio media vuelta y se fue. Mientras lo hacía, se acariciaba su pelo negro, el cual se encontraba mas liso de lo normal, porque se lo había planchado -.

 

El resto del día transcurrió normal. La siguiente clase fue todo lo que yo esperaba: un completo aburrimiento. Así que sonó el timbre indicando el fin de ese bloque, y me pare para dirigirme a la cafetería; Cuando recogí mi comida y me senté en una mesa. Traté de ubicar a Caroline, pero no la veía por ninguna parte, a pesar de haber discutido con ella quería sentarme a su lado ya que no conocía a nadie.

 

- Genial – Susurré –

 

Busque un asiento libre y me senté solo y con fastidio.

 

Después de haber estado viendo mi comida mientras la consumía, levanté la mirada y me fijé como un chico se sentaba en la mesa en la que yo me encontraba. Se hallaba riendo a carcajadas, parecía no haber notado mi presencia y junto a él se sentaron dos estudiantes más, un chico y una chica.

 

- Debes ser el estudiante nuevo. Como era… Mmmm… - Dijo el muchacho que se había sentado primero interrumpiendo mi almuerzo –

 

- ¡Liann! – Le recordó la rubia que se había sentado junto a él –

 

- ¡Eso! Liann – Volvió a reír -. Bueno yo soy Brandon Miller – Tenía el pelo negro, y tenía cara de sudamericano – Ella es Emily Moore – Refiriéndose a la rubia, que era más o menos de mi estatura y delgada, muy hermosa diría yo – y el es… bueno el es una escoria de la vida – Dijo refiriéndose al muchacho de pelo marrón –.

 

- Muy gracioso Brandon… - Dijo con cara de burla – No le hagas caso el tiene un problema cerebral, a propósito soy Anthony Donovan – Dijo mientras estiraba el brazo para estrecharme la mano -

 

- Un placer… - Me fije en sus lentes y luego en su rostro de nuevo. No eran unos lentes de “Nerd” si se puede llamar así. Si eran para ayudar a la visión, pero tenían un buen estilo y quedaba bien con lo que llevaba puesto - Escoria – Dije en broma y le estreche la mano-

 

Brandon y Emily rieron a carcajadas, pero Anthony puso cara de estrés, y me soltó la mano al parecer muy ofendido. Al parecer estos serian mis compañeros, no estaban mal… así que, ¿por qué no bromear un rato?

 

- Ya Anthony, no seas un amargado, te saldrán arrugas viejo. Bueno – Volvió la mirada hacia mi -, ¿y qué cuentas chico nuevo? ¿De dónde eres? – Dijo Brandon -.

 

- Boston – Respondí amablemente -.

 

-¿Y eso que te viniste a vivir a Neah Bay? –Preguntaba con real curiosidad-

 

- Vine a estudiar con mi hermana, mi mamá tiene sus contactos y le salía a mejor precio que estudiáramos aquí, y mi difunta tía nos dejo una casa aquí cerca de la escuela así que nos vinimos.

 

- Interesante… – Al parecer había muerto el tema de conversación –

 

- Oye Brandon, ¿que sabes de la fiesta de esta noche? – Dijo la linda Emily –

 

- Se dice que va a estar bien “prendida” esa fiesta.

 

- ¿Por qué no vamos a disfrutar un rato? – Dijo Anthony – Habrán chicas, y puede ser que haya alcohol, y chicas, y música, y chicas… Y ¡Sí! Habrán muuuchas chicas.

 

- ¿Tu solo piensas en sexo y esas cosas verdad Anthony? – Dijo con algo de desagrado Emily –

 

- Pues… Si, casi siempre – Brandon y yo reímos, pero ella puso una cara de desagrado y murmuro algo inentendible -.

 

       Sonó el timbre, y nos paramos. Nos dirigimos cada uno a sus respectivas clases. ¿Qué clase me tocaría ahora? Eché un vistazo a mi horario. ¿¡Física!? ¿Acaso los números me perseguirán hoy?

 

      Me dirigí a mi salón correspondiente sin muchos ánimos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Anonymous

Daniela

26 Sep 2010 - 09:52 pm

Me encantó simple y sencillamente haha en fin, escribes muy bien

tuviste un pequeño error al comienzo del capítulo 2
"Me senté en de último de nuevo, en el pupitre más alejado del pizarrón"

En cuanto a Ryan, pues bueno, me parece que el protagonista se obsesionó con el tal vez hiciste que el terror que sintió Liann se desarrollará muy pronto.
Buenos capítulos, mañana leo los demas :D
Aceptame en el FB >.ó

Anonymous

Hildamar

19 Sep 2010 - 07:54 pm

coco esta muy lindo tu libros te felicito escribes lindo..!!

Anonymous

Maria Celeste (maracucha)

16 Sep 2010 - 02:03 am

coco no sabias que escribias jaj cuando te conoci lo ultimo que me inmagine fue esto, felicidades tambien me encanto

Anonymous

Alejandra De Leon

15 Sep 2010 - 12:35 am

Heey Coco felicidades!por este libro que estas haciendo!jaja exitoo! ;)

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