Libro: The Eyes
Nunca se es demasiado joven para escribir.

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Conociendo a la conocida

 

 

 

 

         Me acerqué sorprendido por el parecido de aquella muchacha, era igualita a la que había soñado aquella noche. Esta no se hallaba haciendo fila para comprar en la tienda que al parecer vendía pizza, sino que se hallaba parada a un lado. Al parecer, buscando a alguien. Era realmente hermosa, juraría que era la persona más bella que yo había visto, incluso más que Emily, y eso que ella era bella. Pero se quedaba corta en comparación con esta muchacha. Algo, no se que, me llevo hacia donde ella se encontraba, y me dejé llevar. Me acerqué a ella, y me quedé viendo sus hermosos ojos verdes.

 

- ¿Ocurre algo? ¿Se te perdió alguien, un hermanito o algo? – Dije en tono algo chistoso pero serio a la vez –

 

         Ella me vio y me dedicó una mirada de amabilidad y pureza. Esos ojos eran los más bellos que yo había visto en mi vida, eran de un verde hermoso, uno color manzana. Pero su mirada era rara, sus ojos demostraban cariño, amabilidad y pureza. Pero, a la vez, activaban una especie de reflejo que decía que ella era peligrosa. Pero era tan bella y tan perfecta que no me quería alejar de ella, podría contemplar su belleza por un largo tiempo.

 

- No, solo observaba algo – No lo dijo con un tono de rechazo, para alejarme. Todo lo contrario, me dedicó una amplia sonrisa, y una cara de cariño. Cualquiera que nos ve cree que somos mejor amigos – Pareces colaborador… - Me sonrió, pero ahora con su boca cerrada, sus labios eran muy sensuales, provocaba besarla. Eran carnosos y un poco pálidos, pero eso los hacían más bellos. Su nariz era perfecta, tanto así que parecía operada pero podría asegurar que era natural. Toda ella era perfecta – ¿Eres nuevo aquí?

 

- Si, llegué hace unos días y vivo con mi hermana. ¿Tú llevas residiendo mucho aquí? – Dije tratando de ser tan amable como ella, pero resultaba imposible tener tal simpatía –

 

- Si, se podría decir que mucho tiempo, tanto así que parece que llevo unos 50 años aquí.

 

         Sonreí un poco ante aquella broma. Tenía tanta alegría por estar hablando con esta muchacha que podría estar sonriendo todo el día.

 

- ¿Estás sola? – Pregunté –

 

- Si y no… - Dijo mientras sacaba el celular del bolsillo de su jean y contestaba la llamada – Dame un segundo – Dijo mientras me dedicaba otra sonrisa y levantaba su dedo índice – No Ry… No, no está…. – Decía y luego hizo una pausa mientras todas sus facciones cambiaron como si estuviera alerta de algo – En serio, lo hubiera localizado de inmediato – Hizo otra pausa – Okay, nos vemos luego ahora estoy ocupada – de nuevo hizo silencio. Me desesperé, estuve a punto de quitarle el teléfono y decir “Esta ocupada llama luego”, pero lamentablemente no era quien para hacerlo – Ja, tranquilo, todo estará bien. Nos vemos.

 

- Así que tu novio te llamó… – Dije a ver si averiguaba si tenía una relación, de seguro que la tenía ¿Y como no tenerla con esa belleza sobrenatural? –

 

- No, ojalá tuviera, pero no puedo… Decía mientras volvía a relajar la expresión para convertirse en una cara de amabilidad – De hecho, era mi… Primo, si se puede decir así.

 

- ¡Ah! – Así que no tenía novio, mejor para mí – Bueno, imagino que hablaremos en otro momento ya que estas ocupada.

 

- No lo estoy, solo lo dije para que me dejara tranquila un rato – Dijo aun siendo simpática, era increíble – Es mas, no tendría ningún problema en acompañarte. De todas formas, estás solo.

 

- ¿Cómo sabes que estoy solo? – Me sorprendió escuchar eso. ¿Cómo diablos sabia ella que me hallaba solo? -

 

- Tú me lo dijiste…

 

- Nunca dije tal cosa – Dije mostrando una cara de sorpresa –

 

- Bueno, creo que estás olvidadizo. Que yo recuerde, lo dijiste. Y si no estuvieras solo, ¿Por qué te habrías acercado a mí? – Dijo entre risitas –

 

- Tropecé. Fue… - ¿Se habrá dado cuenta que no fue accidental? – un accidente.

 

- Si, claro - Dijo mientras reía en voz baja –

 

- Oye, ¿Ahora es un delito conocer personas? – Dije mientas tenía mis manos en los bolsillos del jean y sonreía mientras bromeaba – Bueno, si quieres puedes acompañarme, iré por algo de comida, ¿Quieres algo? Yo brindo – Me miraba mientras movía su parte izquierda del labio, manteniéndolos cerrados, haciendo una forma de semisonrisa – Vamos sin pena, no te voy a cobrar – Dije bromeando de nuevo, y como respuesta a esto sonrió por completo –

 

- No gracias, pero tranquilo te acompaño – Dijo mientras guardaba su celular en su bolsillo izquierdo –

 

 

 

 

- ¿Qué hacías por aquí si estabas sola? – Dije mientras tomábamos asiento y colocaba mi bandeja con una pizza y una gaseosa en la mesa –

 

- Buscaba algo, pero eso no es de importancia – Dijo mientras me veía comer –

 

- ¿Segura que no quieres algo?

 

- No gracias, tengo una dieta muy estricta.

 

- ¿Dieta? Pero si no la necesitas – Dije, y al escuchar mi comentario sonrió mientras se tapaba la boca con la mano izquierda y me miraba a los ojos –

 

- Créeme cuando te digo que no puedo comer eso – Dijo señalando con la cabeza mi plato de pizza –

 

- Como digas. Si me preguntas, está buenísima – Dije mientras mordía otro pedazo –

 

- ¿Así que te acaba de mudar a Neah Bay? ¿Donde estudias? – Cambió de tema –

 

- Si, en la Preparatoria de Neah Bay – Noté que se sorprendió un poco, pero siguió sonriendo. Le iba a preguntar en cual estudiaba ella pero habló tan rápido que no me dejó preguntar –

 

- ¿Y qué tal te parece?

 

- Bueno todo está bien, excepto…

 

- ¿Excepto qué? – Dijo con gran curiosidad –

 

- Hay un tipo que ciento que me acosa. En serio, me está volviendo loco – Arrugó la frente cuando escuchó mis palabras – Si, es algo extraño y me han sucedido cosas raras con él que dan miedo.

 

- ¿Si? ¿Y qué te ha pasado? – Dijo, mientras mostraba su curiosidad –

 

- Primero, no había hecho nada de la clase, por una razón desconocida necesita irse, el profe le pide que le muestre lo que ha hecho y, de repente, lo tiene todo hecho correctamente, luego escucho su nombre en una reunión en la costa y entro al bosque y me ataca una bestia, y cuando recupero la conciencia, estoy en mi casa. Y cuando lo busco para hablar con él, desaparece, no lo veo más en la escuela.

 

- Un momento… ¿Cómo se llama ese chico? – Preguntó con preocupación mostrada en su rostro, más no en el tono de voz –

 

- Ryan… ¿Por qué? ¿Lo conoces? – Pegunté, ya que se veía un poco preocupada –

 

- ¡¿Ryan Growney?! – Preguntó. Por primera vez en toda la conversación perturbó la expresión de su cara dejando ver su angustia. No entendí este repentino cambio en su estado de ánimo –

 

- ¡Si! ¿Lo conoces? – Dije, con esperanzas de que alguien, por fin, pudiera aclarar mis dudas –

 

 Puso la cara inexpresiva y se paró de su asiento.

 

-  Lo siento, pero me tengo que ir Liann – Dijo un poco apresurada – No vemos.

 

         Yo la miré, ya que no entendía su reacción. Me puse de pié también, pero al hacerlo se me calló la billetera, que no estaba bien guardada en mi bolsillo. Me agaché para recogerla, y no lo había pensado hasta que la idea paso fugitivamente por mi cabeza ¿Cómo sabía nombre?  Volteé para preguntarle cómo se llamaba y pedir explicaciones, pero me percaté de que se había ido ¿Cómo diablos desapareció de esa manera tan veloz y tan silenciosa? Bastara que hablara de Ryan para que pasen cosas locas. Fuera quien fuera esa chica era muy hermosa y simpática.

 

- Tengo que verla de nuevo – Dije para mi mismo -

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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