Libro: The Eyes
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Enfrentándose a lo Desconocido

 

 

 

 

         Me desperté en mi recámara algo mareado y desorientado. Me encontraba limpio, con la misma ropa, pero mucho más limpio. Me habían lavado la sangre. Traté de incorporarme pero sentí un dolor punzante en mi costilla izquierda. Me paré de golpe, y me dirigí apresuradamente al baño. Me pare frente al espejo y levante mi camisa para observar mi torso. Quedé perplejo al notar que me hallaba vendado a la altura de las costillas, y también en la zona de las heridas, pero de igual forma se notaban los rasguños que me dejó aquel encuentro. Regresé a mi cuarto y observé que mi suéter se encontraba sobre mi sofá, me dirigí a el y lo tomé. Me percaté de que tenía varios rasguños en un costado. Me dirigí a mi cama y tomé asiento en la orilla de esta. Observé el reloj que estaba a mi derecha, en la mesa de noche. Marcaba las 3:27 de la madrugada. Me puse de pie y me dirigí hacia la puerta. Salí de mi alcoba, y tan pronto puse un pie en el pasillo, un solo nombre vino a mi mente «Caroline». Troté lo más rápido posible a su cuarto, ya que el dolor de mi costilla me impedía correr. Abrí la puerta pero me fijé que no estaba en el. Así que fui a mi recamara y busqué en los bolsillos de mi suéter hasta encontrar mi celular. Marqué el número de mi hermana lo mas rápido posible, pero calló directo a la contestadota. Colgué y volví a intentarlo, pero conseguí el mismo resultado. Lo lancé contra la cama y me puse las manos en la cabeza, me la apreté tan duro que sentí dolor. De pronto, escuché que la puerta de entrada se trancó.

 

- ¡Caroline! – Grité.

 

         Pero no hubo respuesta alguna. Otro pensamiento vino a mi mente, ahora era el de la bestia blanca y fría. Abrí mi closet y tomé un bate de madera y bajé las escaleras. Grité una vez más el nombre de mi hermana mientras bajaba, solo para confirmar si era ella o un intruso, pero nadie me contestó. Fui a la cocina, listo para golpear a quién fuese, pero no había nadie. Detrás de mi escuché como se habrían las puertas del vidrio que daban hacia el patio. Me quedé paralizado de pié en donde estaba. Estuve a punto de desmayarme, pero tomé aire y apreté con mis manos el bate listo para golpear a alguien. Escuché como la voz de una mujer detrás de mi pronunció mi nombre. Me relajé, y mi cuerpo se tranquilizó. Era Caroline.

 

- ¿Donde diablos estabas? – Dije mientras volteaba 

 

- ¡En la fiesta! ¿Dónde mas iba a estar? ¿Donde estuviste tú? Pensé que ibas a ir a la fiesta. Unos amigos tuyos llamaron a tu teléfono, y como andabas dormido contesté yo y les dije la dirección, así que pensé que te vería allá, pero no fue así.

 

- Yo estuve en una fogata… – De pronto, todos los recuerdos vinieron a mi mente. La bestia blanca, la quemazón que sentí en la costilla, y luego la voz dulce que me llamó por mi nombre. Me invadió el pánico de nuevo – ¡Ah! Así que tú fuiste la que le dijo la dirección a Brandon – Dije tratando de disimular mi temor, pero se me escapo un quejido de dolor – ¡Ah...! – Tanteé con la mano hasta legar al sofá, y me acosté en él –

 

- ¿Qué tienes? Liann, no me asustes por favor – Dijo con preocupación mientras se acercaba a mí. Se arrodilló frente al sofá a la altura de mi pecho –

 

- Mi costilla… - Me levanté la camisa para mostrarle mi herida. A pesar de que estaba vendada, aun se lograba ver algunos moretones y rasguños -

 

- ¡Ahhhh! – Chilló mientras hacia una mueca de dolor – ¿Que te ocurrió allí? ¿Quién te hizo eso?

 

- No se, fue una persona, creo… Murmuré mientras observaba mis heridas

 

 

- ¿Ah? – Arrugo las facciones debido a mi respuesta -

 

- Andaba sentado alrededor de la fogata con Emily y los demás. Entonces fue cuándo escuché ruidos a mis espaldas. Y creí haber escuchado el nombre de Ryan, así que…– Me interrumpió Caroline –

 

- ¿Ryan? ¿Ryan Growney? – Dijo sorprendida –

 

- ¡Si! No me interrumpas – Hice una pausa y reanude mi historia -. Como te decía, entonces me paré y fui a ver que había pasado. Pensé que solo había pasado unos árboles, pero al parecer me adentré demasiado en el bosque. De repente, sentí como algo frío me tocaba la cintura, y no se, fui aventado contra un árbol. Después perdí la conciencia.

 

- ¿Y como llegaste aquí? – Dijo, algo incrédula

 

 

- Buena pregunta, ni siquiera se quien fue…

 

- Pues, sea quien sea, entró por el patio porque encontré la puerta semiabierta y fui a cerrarla.

 

- Eso no importa en estos momentos, no tengo cabeza para eso. Es mas, yo revisé toda la casa y no hay nadie – Un recuerdo vino a mi mente – Mamá – Dije en voz baja –

 

- ¿Qué paso con mamá?

 

- Había que llamarla, debe andar preocupada.

 

- No importa Liann, andamos bien, la llamaremos mañana. ¡Ah! Y ni se te ocurra decirle lo que te ocurrió.

 

- Si, tranquila, no soy idiota.

 

- Pues yo si creo que lo eres. - Sonrió y se puso de pie – Vamos, te ayudo a subir Me tendió su mano

 

 

         Me ayudó a ponerme de pie y pasé mi mano por sus hombros. Llegué a mi cuarto y me ayudó a sentarme en la cama, estaba destrozado. Me quité mis zapatos y me acosté. Mi hermana se dirigió hacia la puerta y apagó la luz.

 

- Buenas noches, Liann.

 

- Buenas noches, Caroline.

 

         Trancó la puerta, me sumergí en mis pensamientos. ¿Qué había ocurrido esa noche? Sea lo que sea, sabía que Ryan Growney tenía algo que ver con esto. Estuve divagando por mi mente hasta que me dormí.

 

         Esa noche soñé… Andaba por la costa y lejos de mi se encontraba un hombre alto blanco y con mirada amenazadora. Era Ryan, me veía con ganas de destrozarme, y fue cuestión de un parpadeo para que lo tuviera solo a unos 2 metros de mí. Se puso en posición para saltarme encima y la voz de una mujer lo interrumpió. Lo llamó desde lo lejos, él se enderezó y giró para ir hacia donde se encontraba la mujer. Ella estaba de espaldas. Tenía el cabello marrón, un vestido color blanco y largo, el cual tenía un estilo playero. Ella dijo algo y señalo hacia el fondo del bosque. Él asintió y corrió a una velocidad inimaginable, y desapareció ante mis ojos. Ella se quedo allí de pie. Comencé a acercarme a ella, y le puse la mano en el hombro, la giré para ver su cara, y en ese preciso momento sonó el despertador.

 

         Me desperté respirando de manera acelerada y sudorosa, preguntándome ¿Quién sería esa muchacha? Me incorpore y note un ruido en la cocina, debía de ser Caroline así que no preste mucha atención. Me aseé, luego me coloque la ropa de costumbre y un suéter. Al ver mi suéter recordé que se hallaba desgarrado  

 

– Cierto – Susurré, así que me lo quite.

 

         Bajé, a prepararme el desayuno. Cuando me hallaba bajando las escaleras capté un olor, bajé y me di cuenta de que Caroline había preparado el desayuno.

 

- ¿Quién se murió? – Dije bromeando –

 

- Nadie idiota, y se dice gracias.

 

- Eh… Gracias, pero en serio, ¿Por qué haces esto?

 

- Bueno, no pude dormir, y me paré con ganas de cocinar. Entonces, pensé que no te despertarías. Tu sabes, por la hora que nos acostamos y tus moretones, en fin. Entonces te iba a dejar un desayuno listo. Ah, y ya debe de estar por llegar Ashley, la llamé para que me buscara.

 

- Ah, bueno. Gracias – ¿Qué le ocurría mi hermana? – ¿Ya llamaste a mamá? – Dije mientras tomaba asiento – Cuando me senté e hice un gesto de dolor –

 

- No, se me olvido por completo, ¿Estas bien no quieres ir al hospital?

 

- No, estoy bien… Deberías llamarla.

 

         Sonó el claxon de un carro afuera, y los dos volteamos de inmediato.

 

- Debe ser Ashley, ¿Liann me haces un favor?

 

- Dime

 

- ¿Llamas a mamá por mi?

 

- Okay, no hay problema – Después de aquel gesto tan amable era lo menos que podía hacer –

 

- Gracias – Tomó su cartera, y salió disparada hacia el carro de Ashley –

 

 Comí los waffles y el huevo revuelto que me había preparado Caroline. Aunque parecía imposible, estaban divinos. ¿Desde cuando Caroline cocina? Bueno, no me quejaría si se tomaba la molestia de preparar el desayuno de ahora en adelante.

 

         Me lo comí todo, estaba excelente. Me paré y puse los platos en el fregadero, luego tomé el teléfono de la casa y llamé a casa de mi madre. No contestó, así que le dejé un mensaje en la contestadora.

 

- Hola ma, es Liann, perdón por no llamar ayer, es que se nos pasó el tiempo. Hoy en la noche te llamaremos. Saludos a papá – Colgué la llamada –

 

         Me dirigí a mi auto y lo encendí. Comencé a pensar en que haría hoy, ¿Debería hablar con Ryan? ¿Debería preguntarle que demonios fue lo que ocurrió?  ¿Y si él no tenia nada que ver? Por supuesto que si, escuché claramente su nombre en el bosque. Conduje con calma hasta el colegio, pero sabía que tenía ansias de llegar. Me estacioné, y me bajé del auto lo más rápido posible. Escuché que me llamaron por mi nombre, era Emily. Justo cuando volteé y la vi, me percaté de que tenía una sonrisa de oreja a oreja. Me acerqué y ella me abrazó con fuerza, y sentí un panzazo en mis costillas debido al fuerte abrazo de esta, se separo de mi y me vio directamente a los ojos.

 

- ¿Cuál es el cariño repentino? – Dije con un poco de emoción –

 

- ¡Estás bien! ¡Pensé que te había ocurrido algo! – Dijo como aliviada mientras me soltaba –

 

         ¿Así que no había sido su voz la que escuche antes de desmayarme? No me sorprendí tanto ya que me lo esperaba pero aun así hizo mi corazón latiera un poco más rápido de lo normal.

 

- Yo le dije que tú me habías pasado un mensaje a mi celular que estabas bien, pero ella no se quedó tranquila – Dijo Brandon que se había acercado sigilosamente hasta colocarse a un lado de Emily – Oye viejo ¿Que ocurrió? ¿Por que tuviste que irte de esa forma?

 

- ¿Mensaje? ¿De que demonios hablas?

 

- El mensaje que me pasaste después de desaparecer...

 

         Tomé mi teléfono y revisé los mensajes enviados. Observé uno que era para Brandon, lo abrí y decía “Brandon, soy Liann. Tuve una urgencia y me tuve que ir, disfruten la fiesta”. ¿Que demonios era eso? Yo nunca envié un mensaje a Brandon, esto se salía de control, el temor que sentí fue tan grande como cuando me atacaron en el bosque, pero para no parecer loco tuve que actuar como si lo hubiera hecho.

 

- ¡Ah Claro! Si, si. Bueno, tuve que hacer unas cosas. Pero nada grave.

 

-¿Seguro? – Insistió Brandon que no pareció haber creído la historia

 

- Si, tranquilos. Estoy bien – Fingí estarlo para concluir con el tema de conversación -

 

         Nos dirigimos a clases, y no sabía que había ocurrido la noche anterior. ¿Debía hablar con Ryan? Después de todo, yo escuché su nombre con claridad en el bosque. Caminé por el pasillo en busca de alguna señal de Ryan, pero no lo vi por ninguna parte.

 

- Esperaré a la hora de comer para encontrármelo en la cafetería – Dije hablando con el aire –

 

         Me dirigí a mi salón de clases, donde estuve sumergido en mis pensamientos sobre cómo sería la bestia que me atacó. Inconscientemente tomé un lápiz y una hoja de papel, comencé a dibujar aquella bestia blanca y fría. Esto lo hice mientras recordaba lo sucedido la noche anterior. Yo tenía muy buena agilidad a la hora de dibujar, se podría decir que es una de las pocas cosas para las cuales sirvo, así que cuando me percaté de cómo me estaba quedando el boceto de la bestia me tomé el tiempo necesario para perfeccionarlo. Cuándo lo terminé, tomé una bocanada de aire y exhalé. Me fijé bien en cómo me había quedado. Tenía un cuerpo algo parecido a un humano. Dibujé a la bestia fuerte, pero algo delgada, con el pelo algo alborotado y negro como la oscuridad. No le coloreé la piel ya que era tan blanca como la misma hoja, o por lo menos así la recordaba yo. Tenía ojos negros penetrantes y las uñas de las manos largas, muy largas. Observé sus manos con detenimiento, sabía que sus garras no eran tan largas, así que se las borré para dibujarlas un poco más pequeñas. Cuándo vi de nuevo mi boceto, me paralicé. Ya que al ver la cara, me percaté de que tenía cierto parecido a Ryan, la diferencia estaba en el pelo, Ryan lo tenía corto casi al rape en cambio la bestia lo tenía algo largo. Sonó el timbre y me paré apresurado, yo diría que demasiado rápido, mientras lo hacía, tomé el estúpido dibujo y lo arrugué. Cuando salía por la puerta lo boté en la papelera y me dirigí a mi siguiente clase.

 

 

 

 

         Llegó a la hora de ir a la cafetería, y después de tomar mi comida busqué con la mirada a Ryan, pero este no se hallaba en ninguna parte. Me dirigí a la mesa donde se encontraban Brandon, Emily, Anthony y su novia Jessica. Al ver aquella situación me pregunté si Brandon y Emily serian novios, ¿Por qué no? Siempre estaban juntos, y cualquiera que ve esa mesa, lo creería, Jessica y Anthony, y, Brandon y Emily, y allí me sentaría yo, como un desadaptado, como si estuviera de más en esa mesa. Mi mente rechazó la idea de que Emily y Brandon fueran pareja, pareció como un acto reflejo, no entendía el porqué de aquella reacción. Me dirigí con calma y lentitud a donde se hallaban mis compañeros, pero no antes sin darle un último vistazo a la cafetería, pero fue en vano. No había señal alguna de Ryan.

 

- Hola muchachos – Dije sin ganas, mientras tomaba asiento – Ah… – Emití un quejido de dolor, por mis heridas –

 

- ¡Oye viejo! ¿Qué rayos tienes? – Dijo Brandon – Estás raro. Cuéntanos, en serio ¿Qué ocurre?

 

         Lo pensé varias veces pero al final me levanté de la mesa y le mostré mi herida a Brandon y a los demás. Emily y Jessica pusieron cara de asco, mientras que Brandon puso cara de dolor, y Anthony no mostró señal alguna de importancia.

 

- ¿Qué rayos te ocurrió allí Liann? – Dijo Emily con preocupación –

 

         ¿Qué debía decir? ¿Sería lo correcto contarles la verdad? Sospechaba que debía inventar otro cuento para que no me tomaran por loco, pero ¿Por qué no decirles lo que en verdad ocurrió?

 

- Fue algo torpe la verdad… – Opté por mentirles – Entrando a mi casa, tropecé una mesa de vidrio la cual se partió y yo caí sobre ella.

 

         Anthony casi deja escapar una risa, pero se mordió el labio inferior y aguantó. En cambio, Emily se mostró preocupada.

 

- ¡Oh! ¿Pero estás bien? Me refiero a que si solo fue superficial, porque es obvio que bien no estás. ¿Fuiste al médico? – Se habían creído aquella mentira pero Brandon seguía observándome de forma extraña -

 

- Si, tranquila no fue nada grave, o al menos eso creo – Le dediqué una sonrisa –. Pero igual, no pienso ir a un médico.

 

- Deberías ir, eso se ve feo – Dijo Brandon -

 

- No chicos, estoy bien, de verdad. No necesito ir al médico – Dije con cierta alegría, al ver que se preocuparan por mi estado –

 

- Oye Brandon, ¿Se va a dar lo de este viernes? – Dijo Anthony, intentando cambiar el tema –

 

- ¡Claro que sí! – Respondió Brandon –

 

- ¿Qué pasara este fin? – Pregunté con curiosidad –

 

- ¡Oh! Cierto que no te hemos dicho, este fin veremos una película que estuvimos esperando desde hace unos meses. Se llama “Una noche sangrienta”, es sobre vampiros y eso, si te encuentras libre no nos molestaría que te dieras una vuelta – Anthony la observo con molestia, y entendí que él no quería mi presencia allí -

 

- No, tranquilos. No los molestaré.

 

- No eres una molestia Liann, vamos diviértete. Vamos a vernos en el cine a las 7:00 p.m – Dijo Emily –

 

- Bueno, no sé. Igual yo les aviso antes del viernes.

 

- Como quieras. Pero en serio, nos agradaría que fueras – Dijo Emily –

 

- Haré lo posible – Le dije mientras le mostraba una sonrisa –

 

         La hora de almuerzo acabó. Nos paramos para ir a nuestros respectivos salones.

 

- ¿Qué clase te toca? – Le pregunté a Emily –

 

- Literatura, ¿Y a ti? Contestó

 

 

- A mi también me toca Literatura – Dije con un poco de emoción –

 

- ¡Genial! ¿Me acompañas al salón?

 

- Pues claro.

 

         Nos dirigíamos al salón juntos, y ella me contaba todo de lo que me perdí en aquella fogata. Pero saqué un tema que me tuvo ocupado la mente antes de sentarme en la mesa de la cafetería.

 

- Emily, no es que no te esté prestando atención, y es solo por curiosidad.

 

- Claro Liann, dime, ¿Pasó algo malo? – Arrugo la cara y me miro -

 

- No, para nada, tranquila. Es que me preguntaba si tú y Brandon son novios – Pude notar como se sorprendió al escuchar mi pregunta –

 

- No, él es mi mejor amigo desde la infancia. Solo somos eso, amigos. ¿Por qué la pregunta?

 

- Solo curiosidad – Sentí un gran alivio, mas no entendí porque –

 

- Oye, ¿En serio no puedes ir al cine? – Cambio el tema de conversación rápidamente -

 

- En realidad sí, pero es que pensé que sería una doble cita, tu entiendes… – Ella se río un poco – Pero bueno, si no son nada, no hay ningún problema.

 

- ¡Excelente! – Dijo con mucha alegría –

 

         Caminamos unos minutos en silencio, y pensaba en como seria ese fin de semana, por fin había logrado sacar de mi mente el suceso de la noche anterior, pero solo pensé unos momentos ya que Emily interrumpió mis pensamientos.

 

- Liann, ¿Te puedo pedir un favor?

 

- Si, dime.

 

- ¿Me podrías pasar buscando por mi casa antes de ir al cine? - Me sorprendió aquella petición -

 

- Cla… Claro Emily.

 

- Es que mi mamá mandará a arreglar su auto y se lo entregan el lunes, y no tengo quién me lleve porque mi papá estará trabajando – Se excuso sin que se lo pidiera -

 

- Tranquila, no hay problema. ¿Dónde vives? – Pregunte aun sorprendido -

 

- Cuándo entremos al salón te doy una nota con mi dirección.

 

- ¡Okay!

 

- Gracias – Dijo mientras entrábamos al salón de Literatura –

 

         Me senté en el pupitre que se hallaba a la derecha de Emily, estábamos de primeros en la clase. No pasaron más de 4 minutos cuándo ya Emily me estaba pasando una hoja de papel rosada, cuidadosa y perfectamente doblada; Por la rapidez en que me la entrego hubiera jurado que ya estaba escrita, como si ya hubiera planificado todo. Al abrirla me percaté de que era una dirección, así que volteé y le guiñe un ojo. Bajó inmediatamente la mirada y creí ver como se sonrojó. No quería creérmelo, pero al parecer le gustaba a Emily y por muy difícil que parezca, ella me atraía. Algo tenía que sentir hacia mí, ya que fácilmente le pudo pedir el aventón a Brandon, pero prefirió pedírmelo a mí, pero ¿Sera que Brandon tiene algún inconveniente con buscarla? En realidad dudaba esa posibilidad ya que ellos llevaban mucho más tiempo siendo amigos y de seguro Brandon no tendría problema alguno con ello, pero la pregunta interesante era ¿Me gustara en serio o será un capricho mío?

 

 

         A continuación levante la mirada y fingí prestar atención la clase.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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