Libro: The Eyes
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 Extraña actitud
 
 
 
 
Han pasado dos semanas y un día exactamente desde la última vez que hable con Gabriella, mostraba una extraña actitud hacia mí, y yo sabía el porqué… Ryan Growney. Ese idiota le había hecho renunciar a nuestra pequeña amistad por celos, o algo por el estilo; Pensar en ello me causaba una rabia tan grande que era difícil de explicar.
 
Era jueves y esperaba a que sonara el timbre indicando la hora de ir a la cafetería, ya no podía soportar un minuto más en la clase de biología; Observaba las agujas del reloj que se encontraba encima de la pizarra, y me iba a terminar volviendo loco, ya que parecía que cada vez esas agujas iban mas lento, al parecer mi subconsciente quería torturarme.
 
Había tomado la decisión de encarar a Ryan ese día, hablar con él, o pelear con él, quizás eso era lo que necesitaba hacer para recuperar mi pequeña amistad con Gabriella, o al menos eso esperaba, de lo contrario ya no sabría qué hacer. Cada vez que estaba cerca de cruzar miradas con Gabriella ella desviaba su mirada hacia otro lado, pero en ciertas ocasiones podría haber jurado que ella me observaba de forma penetrante, incluso a veces sentía su presencia en ciertos lugares en la cual aparentemente no se hallaba. El sábado pasado me hallaba en donde la conocí y juraría ver que Gabriella estaba apoyada contra la pared observándome, desde lo lejos, pero desapareció después de que paso una cortina de personas que me impidieron ver mejor, pero sin embargo sentía que estaba allí. Era extraño no tenerla cerca, necesitaba volver a ver su sonrisa y su cariño conmigo, la necesitaba a ella.
 
Me encontraba muy concentrado en mis pensamientos así que me sobre salte al escuchar el timbre que indicaba el fin de la clase.
 
- Así que recuerden hacer su tarea para la próxima clase, o si no… - hizo un silencio el cual tuvo un aire amenazador – ya verán los resultados. Yo los quiero ayudar muchachos pero tienen que poner de su parte – Dijo con una voz muy ronca pero a mí no me pareció muy sincera – Pueden irse – Dijo así, para finalizar su aburrida clase -
 
Tome mi bolso y me retire rápidamente del salón, ya que no quería seguir viendo al profesor Nick Joyce. Me parecía que era un hipócrita de primera frente a nosotros, quería aparentar que tenía buenas intenciones pero yo sabía que no era así.
 
- Maldito Joyce – Dije con furia apretando mis nudillos, ultimadamente estaba muy irritado -
 
- Tranquilo Liann – Dijo George mientras ponía una mano en mi hombro -, hay que ser pacientes, no todo es color de rosas.
 
George era un chico alto, de mi estatura, y pelo negro, tenía el corte de pelo que llaman “la cresta” y tenía un cuerpo atlético. Era el capitán del equipo de futbol, o como lo llaman aquí “soccer”, lo había conocido el lunes pasado cuando guardaba las cosas en mi casillero, casualmente su casillero estaba junto al mío y platicamos y nos conocimos.
 
- Odio a la biología tanto como al profesor, y créeme que preferiría comerme una mano antes de seguir una hora más observando a Nick dando su aburrida clase – Dije frustrado -
 
George rio un poco.
 
- No exageres, tampoco son tan malas.
 
- Claro, tu lo dices porque te gusta la biología, yo en cambio la detesto – Dije poniendo cara de rabia -
 
- ¿Por qué estas tan molesto? – Dijo George al fijarse en mi rostro - Y no me vengas que es por biología, porque no me creeré ese cuento… Algo más te sucede Liann.
 
- Es… - No sabía si contarle – Es… Es el imbécil de Ryan Growney. Al parecer le dijo a Gabriella que abandonara nuestra amistad, y ahora la muy inocente no me habla.
 
- No creas que es personal Liann, lo hace con todos. No sé si te has fijado, pero, no hablan con nadie – Dijo con una expresión de indiferencia, como si fuera de lo mas normal -
 
- Pero Gabriella se estaba convirtiendo en mi amiga, hasta que el imbécil de Ryan intervino – Dije mientras entrabamos a la cafetería -
 
- Te recomiendo que te olvides de ella Liann, no son más que dos idiotas que son asóciales.
 
Me molesto que se expresara de aquella forma de Gabriella y al percatarse de mi expresión se disculpo, ya que aunque haya sido en broma yo sentí que fue sincero.
 
- Ve por tu comida yo buscare asiento – Dije ya que no tenía ni una pisca de hambre -
 
- ¿Tu no comerás? – Pregunto George -
 
- No tengo hambre, así que ve tu, yo te esperare sentado allá – Señale con mi cabeza el fondo de la cafetería -
 
Desde que me aleje vi una gran variedad de mesas vacías así que no me apresure en llegar a reservar alguna. Baje la mirada y metí mis manos en los bolsillos, camine sin muchos ánimos hacia las mesas para esperar a George. No me lo esperaba, pero tropecé hombro con hombro con alguien.
 
 - Fíjate donde caminas – Dije mientras volteaba -
 
No me esperaba aquello, en realidad sí, pero no de esa manera. Ryan me observaba molesto, y con su mirada amenazadora, la cual hizo que un temblor recorriera mi columna vertebral.
 
- Cuida tus palabras Liann – Dijo mientras se daba la media vuelta -
 
Note que a su lado se hallaba Gabriella, la cual seguía sus pasos, ella también dio la vuelta para ignorarme.
 
- Espera – Grite, pero no sé si fue para que Gabriella se detuviera y me dirigiera la palabra o para encararme a Ryan -
 
Los dos voltearon para mirarme.
 
- ¿Por qué impides que Gabriella sea mi amiga? – Dije mientras la ira se volvía a apoderarme de mí, pero no logre el tono deseado, al pronunciar aquella interrogante sonó como un bebe a punto de llorar -
 
- Ella tomo sola su decisión, si ella no te habla es porque eres un fracasado y no quiere amigos como tú.
 
Me pareció ver que Gabriella lo miro feo pero fue tan rápido que paso en menos de un segundo, aquello sí que me parecía extraño.
 
- ¡A mi no me engañas Ryan, tu no la dejas tener amigos! – Alce un poco mi tono de voz -
 
- Como si me importara tu opinión – Dijo relajadamente, y dio media vuelta, pero Gabriella me observo por unos segundos, parecía dolida y luego volteo para seguir a Ryan -
 
- A mi me escuchas – Dije gritando y haciendo que todo el mundo volteara, a la vez camine rápidamente y lo tome por el cuello de su franela -
 
Hizo un giro tan rápido que ni yo que practique lucha tuve el suficiente reflejo para escaparme, su giro fue tan veloz y feroz que me sorprendió, no me había dado cuenta que estaba arrodillado en sus pies por el dolor, sentía como apretaba mi muñeca, otra vez ese frio intenso como el de aquella bestia que me ataco en el bosque, otra vez aquella fuerza sobre humana. Gemí del dolor, y se podría decir que casi lloraba, era tan fuerte su apretón que sentí que me lesione la muñeca.
 
- ¡Ryan no! – Grito Gabriella jalándolo hacia a tras, haciendo que me soltara -
 
Ese grito… Es el mismo grito de suplica que escuche en el bosque, el mismo grito que me hizo sufrir un accidente donde pude haber muerto si alguien o algo no me hubiera rescatado. Todo era como aquella tenebrosa noche. Todo concordaba, era terrorífico aquel recuerdo y mucho mas volverlo a vivir, pero ahora con mi agresor al descubierto. Nadie intervino si no Gabriella, sabía que nadie era lo suficientemente valiente como para enfrentar a Ryan, pero yo lo había hecho.
 
- ¿¡Qué demonios te ocurre Ryan!? – Grito Gabriella, yo seguía en el suelo mientras agarraba con mi mano derecha mi muñeca lastimada -
 
Escuche que Ryan dijo algo inaudible para mí, pero Gabriella contesto con un gruñido de rabia, o al menos eso fue lo que yo percate. Levante la mirada para ver a Gabriella y vi como Ryan la tomo por un brazo y la jalo y ella se fue enfadada con él, yo diría que contra su voluntad.
 
- ¿Estás bien viejo? – Dijo Brandon mientras ayudaba a que me pusiera de pie – Bueno, me refiero a lo físico, porque de lo mental se que estas bien mal ¿Qué demonios se te paso por la mente al enfrentar a Ryan Growney?
 
- No permitiré que ese imbécil haga que Gabriella no tenga amigos – Dije mientras me dirigía hacia la salida de la cafetería para seguirlo -
 
- ¡Oh no! No te dejare ir… al menos que quieras morir – Dijo George mientras me ponía una mano en el pecho para detenerme -.
 
- A mi no me parece mala la idea de que golpeen un poco a Liann ¿Por qué no lo dejan en paz? – Luego me observo y hablo rápidamente - Hablas como si te preocuparas por la vida social de Gabriella, pero ambos sabemos que solo te importa que ella se fije en ti; Eres una farsa Liann.
 
- ¡Tu no te metas! – Grito George a Anthony -
 
- ¿Y tu quien eres su novio protector? – Dijo Anthony mientras se paraba y se acercaba a George para enfrentarse, sus caras estaban cerca, pensé que se golpearían pero Brandon intervino -
 
- ¡Basta! – Grito Brandon poniéndose en medio de los dos – Todos nos ganaremos un castigo severo si seguimos con esto, mantengan la calma estúpidos.
 
- No vales la pena Donovan – Dijo George, mientras se daba la media vuelta y se acercaba a mí, y me percate de que Anthony lo miraba con ira -, Vamos, te llevo a enfermería.
 
- Oye George… - Me interrumpió -
 
- ¡Que vallamos a enfermería antes de que yo te lesione la otra muñeca! – Dijo un poco molesto, yo lo mire enfadado y lo seguí -
 
 
 
 
- ¡Estás loco Liann! – Dijo Caroline en el auto mientras miraba mi venda que retenía una placa de metal en mi muñeca- ¿Qué diablos pensabas?
 
- ¡Ya Caroline! Pareces mama, por favor ya cállate.
 
- Mama nos matara, mejor dicho te matara.
 
- Mama no se enterara – La observe advirtiéndola -, si le dices algo lo lamentaras.
 
- No le diré nada Liann, pero por el amor de Dios, ten más cuidado. Ya has tenido dos serios accidentes.
 
- Como digas, solo cállate no quiero hablar en estos momentos – Observe como apoyaba su cabeza con la ventana y llevaba su mano a la frente -
 
Me concentre en el camino y pensaba en lo ocurrido aquella mañana. No soporte la idea de que Ryan me humillara, pero más allá de eso, me dolió ver que Gabriella a fin de cuentas se fue con él. Fue un golpe bajo, pensé que me quería lo suficiente como para defenderme o discutir con Ryan por la forma de reaccionar. Eso fue lo que más me dolió, saber que Ryan significaba mucho más para ella, aunque no podía esperar ni más ni menos que eso.
 
 
 
 
Llegamos a casa y me hallaba caminando en dirección a la puerta de entrada. Percate un extraño pero delicioso olor parecido, o mejor dicho igual al que desprende el perfume de Gabriella, seguramente me estaba volviendo loco, pero ¿Y si no?
 
- ¿Hueles eso? – Pregunte a Caroline -
 
- Si te refieres a ese olor tan divino, pues si, si lo huelo – Dijo respirando cada vez más profundo para disfrutarlo -
 
Así que no soy el único que se percato del olor, si Caroline lo podía percibir significaba que no era mi imaginación. A medida que me acercaba a la puerta captaba con más fuerza el olor y eso no me ayudaba a olvidarme de ella. Abrí la puerta y me acerque a la sala; Para mi sorpresa alguien se hallaba sentado en el sofá que daba hacia la TV.
 
- ¿Qué haces aquí? – Dije un poco molesto y confundido, dejando caer mi mochila en mis pies -
 
- Valla, tardaste en llegar – Dijo con una sonrisa y se paraba para acercarse hacia mí -
 
- Caroline ¿Nos puedes dejar solos un momento? – Dije sin quitar mi mirada de los hermosos ojos de Gabriella.
 
Por fin pude sumergirme en su mirada de nuevo, extrañaba la dulce sensación de afecto que ella me hacía sentir, y sobre todo extrañaba su amabilidad y su sonrisa, pero quería mostrar lo molesto que me encontraba. Me encantaba tenerla allí, pero sin embargo no entendía que hacía en mi casa ¿No tenía prohibido hablarme? ¿Se habrá separado de Ryan? Ya era tarde para no ilusionarse ya que mi mente quería y pensaba que la segunda opción era lo que había ocurrido.
 
- Por supuesto – Dijo Caroline, y por su tono de voz me percate de que se hallaba algo sorprendida -
 
- Soy Gabriella, un placer – Le dedico una sonrisa a Caroline, y le extendió la mano para estrecharla -
 
- Igual para mí – Caroline hizo lo mismo -
 
Caroline se fue de la habitación sin decir una palabra, me fije en sus movimientos y me di cuenta de que subía las escaleras torpemente y aun fijándose en la presencia de Gabriella, a continuación escuche como se encerraba en su cuarto.
 
- Bien, la primera pregunta seria ¿Cómo entraste? – Dije cruzando los brazos sobre mi pecho -
 
- ¿Ya empezaras de nuevo con el interrogatorio agente Sullivan? – Dijo ampliando aun más su sonrisa -
 
- ¿Sabes que es un delito entrar de esa forma a casas ajenas? – Dije mientras daba unos 2 pasos hacia donde ella estaba parada -
 
- Y supongo que iré presa por ello ¿No? – Permaneció mirándome a los ojos y con una sonrisa provocadora -
 
- Podría denunciarte ahora mismo – Dije amenazadoramente –
 
- Puedes hacerlo, tienes todo el derecho del mundo – Sabia que no me atrevería -
 
- Creo que la dejare pasar – Mi visión se desvió hacia las puertas de vidrio y me percate de que se hallaban un poco abiertas -
 
Así que entro por allí, casualmente por el mismo lugar por donde entro mi rescatistas el día en que Ryan me ataco. Sé que decir que fue él es una acusación muy grave, pero estoy casi seguro de que él fue, y después de lo de hoy más que nunca.
 
- Siéntate – Dije mientras yo tomaba asiento y luego ella se sentó a mi lado -
 
Volteo para observarme y cruzo las piernas en posición de indio sobre el sofá, yo solo voltee la mitad de mi cuerpo apoyándome con la parte izquierda de mi espalda para verla de frente.
 
- ¿Podrías decirme porque has actuado así estas últimas semanas?
 
- Lo siento – Puso cara de arrepentimiento, la cual supe que era muy sincera y a su vez bajo la mirada -, de verdad, no entenderías.
 
- Si entiendo, es más, te puedo decir cuál es el problema... – Hice una pausa para esperar que me viera a los ojos de nuevo – Ryan, ese es tu problema, bueno no solo el tuyo, el también es mi problema. No puedo creer que te dejes manipular de esa forma por tu novio – No podía creer que le había dicho eso -
 
- Entonces es cierto… Los rumores son ciertos… - Dijo casi para sí misma – Ryan, no es mi novio Liann, el es…- Pensó un par de segundos - Mi primo. No tengo idea de porque las personas opinan eso, mi segundo apellido es Growney.
 
- ¿Qué? – Me sorprendí de aquello, esperaba cualquier excusa menos esa – Es decir que… estas sola, ósea ¿No tienes novio?
 
Sonrió un poco.
 
- No Liann, me hallo sola desde que tengo memoria – De nuevo dejo ver aquella hermosa sonrisa -
 
Aquellas palabras fueron las que me hicieron más feliz en toda mi existencia, no quería admitirlo pero me hallaba locamente enamorado de Gabriella. Volvió la alegría en mí, toda aquella rabia que había acumulado en las últimas semanas desaparecieron feroz mente.
 
- Bueno, pero aun así tengo mil preguntas que hacerte – Dije pero ahora radiando mi alegría -
 
- Por supuesto agente Sullivan – Seguía con su chiste del FBI y a la vez me mostraba una de sus hermosas y grandes sonrisas -, estaré encantada de contestarle.
 
- Cuéntame como Ryan me ataco en el bosque y el por qué lo hizo – Las palabras salieron de mi boca por sí sola, no pensé antes de hablar, ni yo mismo espere aquella pregunta, y al parecer la había agarrado con la guardia baja -
 
- ¿De qué hablas? – Dijo intentando fingir ignorancia en el asunto, y muy buena su actuación debo decir, pero yo sabía que era una de sus mentiras, porque llevaba tiempo jugando con la verdad y de eso estaba claro -
 
- Gabriella… No me engañas, se que Ryan estaba en el bosque y tu junto con él, se que él me ataco y me hirió gravemente, no te pido que detalles todo, solo quiero saber el por qué de su actitud contra mi – Dije seriamente y clavándole mi mirada en sus hermosos ojos -
 
Se hizo un silencio un poco desesperante y ninguno hablo, tal vez solo pasaron unos 5 segundos pero a mí me pareció eterno, nuestras miradas siempre se mantuvieron conectadas, y su expresión paso de sorpresa ah confusión, de confusión ah asombro, y luego algo nerviosa y dejo mostrar también la duda, y luego suspiro.
 
- Liann… - Espero otros dos segundos – No sé como decirte esto… Espero que me creas y que confíes en mí.
 
Me quede esperando con ansias su respuesta ya que hizo otra pausa, y a la vez me sorprendió las palabras que había empleado Gabriella.
 
- Continua – Insistí -
 
- Hay muchas cosas que tu, ni casi nadie sabe, excepto los que cayeron en los que algunos llaman maldición y otros llaman bendición, pero te voy a confesar a ti porque desde el primer día que llegaste a la escuela sentí una conexión contigo que no me pude explicar, Ryan dice que es normal en nosotros, que nuestro instinto hace que nos enamores de la persona indicada para nosotros y al parecer tu eres mi persona indicada, pero que si te quería debo dejarte ir… Puedes morir solo por saber esto ¿Sabes?
 
Mi corazón se acelero más rápido que nuca, en mi mirada permaneció la sorpresa, nunca me espere aquello de Gabriella, el corazón latía tan rápida y frenéticamente que me dolía, y no sabía cómo reaccionar; me hallaba paralizado en el sofá ¿Cómo era posible que yo fuera el hombre para Gabriella? Ella era perfecta, demasiado perfecta diría yo, y no decidí prestarle mucha atención a lo último, que al parecer era una fuerte amenaza.
 
- Si Liann así como lo oyes, y deberías controlarte o morirás de un infarto – trato de jugar, pero, tanto su expresión como la mía se mantuvieron serias -, bueno, tengo que contarte cosas que jamás contaría a nadie más, ni tu tampoco puedes hacerlo, te aseguro que esto cambiara tanto tu vida como la mía, y al principio no me creerás pero tranquilo, puedo demostrártelo, solo te pido que me tengas confianza y no digas nada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Anonymous

Mario Rojas

24 Oct 2010 - 01:47 pm

Creo que debirias escribir uno mas o me va a dar una vaina por la espera

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