Libro: The Eyes
Nunca se es demasiado joven para escribir.

Si buscas hosting web, dominios web, correos empresariales o crear páginas web gratis, ingresa a PaginaMX
Por otro lado, si buscas crear códigos qr online ingresa al Creador de Códigos QR más potente que existe


Recordando Sueños

 

 

 

 

         Llegué a la casa y mi hermana se metió a la ducha. Yo, en cambio, solo me cambié de ropa, me coloqué unos pantalones y anduve sin camisa. Bajé y encendí la tele de la sala, veía las noticias. Al ver que no había nada bueno, me puse a hacer zapping, esto era otra cosa en la cual también era excelente. A demás de poder dibujar, podía hacer zapping y parar en un buen programa, que patético de verdad. Sabía que tenía tarea pendiente pero no quería hacerla, así que busque cualquier pretexto. De pronto, escuché mi barriga sonar. Tenía mucha hambre, así que fui a la cocina a prepararme algo. Así aprovechaba y le cocinaba algo a mi hermana, y le pagaba la que le debía de esta mañana.

 

         Subí las escaleras hasta la puerta del baño y la toqué.

 

- Me estoy bañando Liann.

 

- Lo se, solo quería saber si querías merendar ahora.

 

- ¡Sí! ¡Muero de hambre!

 

- ¿Qué preparo?

 

- ¿Puedes preparar hamburguesas de pollo?

 

- ¡Claro!

 

         Bajé las escaleras y busqué el pollo empanizado para freírlo. Luego, coloqué los panes encima de la tostadora para que se calentaran, y encima de cada solapa de pan coloqué una laja de queso amarillo para que se derritiera. Al terminar de cocinar armé las hamburguesas y llamé a mi hermana.

 

-¡Caroline!

 

- ¡Voy!

 

         Escuché sus pasos por las escaleras, y llegó peinándose el cabello. Luego, tomó asiento y me observo.

 

- Se ven deliciosas.

 

- Gracias, te debía una.

 

- Cierto. ¿Qué tal tu día? – Pregunto interesada -

 

- Bien, le estuve dando vueltas en mi cabeza a lo de mi herida. Pero no se me ocurre que pudo haber sido… ¡Ah! Y Emily me invitó al cine. No es una cita ni nada por el estilo, vamos un grupo. Pero al parecer, le gusto. No quiero parecer loco, pero creo que me trata con mucho cariño.

 

- ¿Ya conseguiste novia?

 

- No es mi novia. Solo es una amiga que al parecer le gusto.

 

- ¿Y a ti te gusta ella?

 

- Bueno... Es que gus... Es algo rar… Si – No pude evitar sonrojarme un poco –

 

- ¿Y cuando salen?

 

- Este viernes – La conversación se me hizo un poco incómoda con mi hermana, no quería hablar con ella de eso. Por eso, contestaba lo más rápido posible –

 

- Bueno, te recomiendo que uses una camisa un poco ajustada para que resalte el pecho y se vea que tu abdomen es plano. Que suerte que de niño hicieras mucho deporte, porque, sino, contigo no habría remedio. Y te recomiendo que la camisa sea blanca, te verás como si tu vieras un poco mas de masa. El color blanco hace que todo se vea un poco más grande – Ya se estaba metiendo mucho en el tema y se estaba emocionando –

 

- ¡Ya! No te lo tomes a pecho, pero te pones estresante, y todo eso que quieres decirme sobre cómo vestirme y de mi imagen puedes reservártelo – Hablar de eso era cosa de mujeres -. Entiende que solo vamos como amigos, y no pretendo tener una relación, por ahora, con ella. Al menos, no hasta asegurarme de que a Brandon no le guste. Porque por más amigos que sean, creo que a Brandon le atrae Emily.

 

- En ese caso, haz lo que te dé la gana, ve feo si quieres. No me pidas más ayuda.

 

- Nunca te pedí ayuda… – Dije con un tono juguetón para suavizar las cosas –

 

         Ella tomo la servilleta que tenía a su lado, la arrugo hasta formar una bola con ella y me la aventó mientras se reía. Yo le devolví la sonrisa.

 

- ¿Y tú? ¿Qué tal tu día?

 

- Bien, pero nada que contar.

 

         Se me ocurrió preguntarle a mi hermana por Ryan, ya que al parecer ella tenía una obsesión con él.

 

- Caroline, de casualidad ¿Hoy viste a Ryan?

 

- No. Al parecer, siempre que le dan esas cosas a su hermana se pierden uno o dos días. Ya sabes, algo así como lo que le ocurrió el día de ayer.

 

- Interesante… ¿Y quién te dijo eso? ¿El club de fans de Ryan? – Dije bromeando –

 

- Lo que tienes es envidia de que mis amigas se fijen en Ryan y no en ti.

 

- En realidad no me fijo en esas niñitas que haces llamar “amigas” y ni las conoces – Al parecer se enfadó por mi comentario – Lo siento.

 

         Había terminado de comer mi hamburguesa y mi hermana también. Así que recogí los platos y me dirigí al fregadero para lavarlos.

 

- Iré a mi cuarto a dormir un rato. Estoy agotada – Estiró los brazos y bostezó –

 

- ¡Ok!

 

         Subió las escaleras y escuche cuando trancó la puerta de su cuarto.

 

         Mientras lavaba los platos era imposible evitar pensar, pero solo pensé en la salida del viernes. Cuando terminé de lavar los platos y me dirigí a mi cuarto a buscar los cuadernos y libros para hacer la tarea. Los tomé y me senté en el escritorio de mi cuarto, comencé a hacer la tarea de Literatura. No pasaron más de diez minutos antes de que me aburriera, así que paré de escribir, y mi mente comenzó a divagar. Comencé a recordar el sueño de la noche anterior, ¿Qué habrá significado?, sonó el teléfono de la casa pero lo ignoré.

 

         Ahora si me estaba volviendo loco, ¿Acaso los sueños significaban algo? No sé, pero la verdad es que le dí mil vueltas al asunto, ¿Qué le ocurre a Ryan? Juraría que él tuvo algo que ver con mi accidente, pero ¿En qué?, ¿Quién será la mujer de mi sueño?, esa era otra buena pregunta, ¿Y qué poder tendrá sobre Ryan como para detener su ataque contra mí? Se veía muy bella, yo diría que demasiado como para ser real, aunque solo la observé de espaldas noté que era hermosa. Su espalda era perfecta y tenía una excelente cintura, no vi como eran sus piernas ya que usaba un vestido algo holgado desde la cintura. El vestido era blanco, y tenía un estilo playero. Su pelo era un marrón achocolatado pero muy atractivo, y alcancé a ver unos destellos rojizos.

 

         No me percaté, pero habían pasado 47 minutos pensando en bobadas. Así que me puse a trabajar en mi tarea de nuevo. Pasaron aproximadamente 2 horas cuando la terminé. Escuché como tocaban mi puerta.

 

- Pasa Caroline.

 

         Abrieron la puerta despacio.

 

- No es Caroline. Soy yo, Emily

 

          Me sorprendió que fuera ella, ¿Y cómo no sorprenderme? Como diablos se me ocurriría que Emily iba a entrar a mi cuarto en la tarde y yo con unos shorts de dormir que afortunadamente eran totalmente negros, y no eran de muñequitos o algo así. Y como si fuera poco no tenía ni camisa. Me paré un poco sonrojado y me percaté de que ella me veía de arriba abajo con la boca semi-abierta y con los ojos concentrados en mi abdomen y pecho.

 

- Lo siento, Emily. Si quieres sal un momento y me pongo algo, es que me sorprendiste, no sabía que vendrías. Si me hubieras llamado hubiera estado algo más decente.

 

- Tranquilo – Dijo algo sonrojada – No tienes nada de que avergonzarte, estás… bueno… tu sabes, nada mal – Se puso completamente roja al decir esto –

- Eh… – No sabía que decir – Bueno… Gracias – Dije con un poco de pena – No es por ser grosero, pero si quieres espera en la sala un momento a que me ponga algo.

 

- Si, como gustes, te espero en… – Volvió a verme –Tu sabes, abajo.

 

         Le hice un gesto de despedida con la mano mientras me reía un poco de ella. Me vestí y baje lo más rápido posible, solo para verla. Al llegar abajo me percate de que se hallaba viendo televisión con mi hermana. Mis pisadas hicieron que las dos voltearan y vieran hacia donde yo me encontraba. Emily se paró y se acerco a mí.

 

 - ¡Oh! Solo quería decirte que se te calló el teléfono en clase de Literatura y no me dio tiempo de dártelo. Saliste disparado por la puerta, y no me esperaste así que pensé en dártelo ahorita, por eso no te pude avisar. Y no sabía el número telefónico de tu hermana así que le pedí a Brandon el de tu casa y llame, y contesto tu hermana y me dijo que viniera.

 

- Tranquila, y gracias. – Dije mientras me daba mi teléfono –

 

         Me di cuenta de que tenía tres llamadas perdidas de mi mamá.

 

- Bueno, eso era todo, disculpa por molestarte. Y por bueno, tú sabes… – Dijo refiriéndose al incidente ocurrido hacía unos minutos en mi cuarto –

 

- Tranquila, no hay problema.

 

         La acompañé hasta la puerta y la abrí para que pasara. Se despidió de mí, luego se montó en el coche con su mamá. Creí que el coche de su mamá estaba dañado, ¿Eso no me había dicho ella?

 

         Entré a la casa, cerré la puerta, y me paré frente a mi hermana impidiendo que viera televisión.

 

- Luego me lo agradeces. Ahora quítate, no puedo ver la televisión.

 

- ¿Agradecerte? Hubieras visto como se puso la pobre, pensé que le daría algo – Dije mientras me reía un poco –

 

- Te lo dije, solo necesitaba verte tu cuerpo y listo… Muchas de las mujeres del colegio son solo superficiales, y no creo que ella sea tan distinta – Aquel comentario me disgusto un poco, y Caroline hizo una pausa -… aunque es simpática…

 

- Como digas, solo no lo vuelvas a hacer – Dije un poco frustrado -

 

         Me volteé para irme a mi cuarto, y cuando iba por las escaleras, grité para pedirle un favor a Caroline.

 

- Caroline, por favor llama a mi mamá. Tengo tres llamadas perdidas de ella, ya que esta mañana no pude comunicarme con ella.

 

- Ajá…

 

         Escuche unos murmullos inentendibles que provinieron de mi hermana, de seguro me maldecía ya que ella me pidió que llamara a mamá en la mañana.

 

         Entré a mi cuarto y me tiré en la cama, estaba agotado. No pasaron muchos minutos para que me quedara dormido. No era nada de extrañar ya que solo había dormido un par de horas.

 

 

 

 

         No escuché por la mañana el despertador. Mi hermana fue hasta mi cuarto para despertarme.

 

- Liann – Tocó mi hombro, pero solo me dí media vuelta para ignorarla. Me moría del sueño – ¡Liann! – Gritó, y me volteé para ver su cara –

 

- ¿Qué hora es? – Dije mientras me masajeaba mis ojos con la mano derecha –

 

- Son las 7:00 de la mañana, ¿No piensas ir a clases?

 

         Lo pensé por un momento, ya que me sentía extremadamente agotado, así que mi respuesta fue un no. Mi hermana se limitó salir por la puerta. No sabía cómo haría para ir al colegio, pero sabía que se las arreglaría sola, así que no me tomé la molestia de llevarla.

 

         Me desperté unas horas más tarde ese día, observé que eran las 5:56 p.m. Me paré apresuradamente y fui directo al baño, luego bajé a paso calmado hasta la cocina para comer algo. Me preparé unos huevos revueltos con pan tostado, como si fuera un desayuno. Era extraño que fueran las 6:00 PM y mi hermana no hubiera llegado aún. Le resté importancia ya que ella estaba bien grandecita. Al terminar, fregué los platos, y me fui al sofá de la sala para encender la televisión. Comencé a hacer zapping y paré en un canal de caza de animales, algo que pronunció el locutor del programa llamó mi atención, dijo: “Buscaré al animal que nos atacó anoche cerca de donde estábamos, ya que seguramente vive por aquí cerca”. Mil pensamientos vinieron a mi mente pero solo a uno le presté atención.

 

         Corrí a mi cuarto y me vestí con lo primero que pude tomar, luego me dirigí a la planta baja de la casa y busqué las llaves de mi auto, me dirigí a él y lo encendí. Conduje tan rápido como pude hasta la costa, me paré donde me hallaba sentado aquella noche. Aún estaban los troncos y piedras que usamos como asientos, incluso quedaban restos de la fogata. Observe el bosque donde ocurrió mi accidente, y solo de pensar en entrar me causaba terror, pero tomé una bocanada de aire para reunir valor y la exhale. Luego, me adentré en el bosque. Reconocí de inmediato donde me había atacado la bestia, y me detuve un momento para observar el lugar.  Me fijé en donde me hallaba parado y encontré un trozo de mi suéter, el cual lo habían rasgado en aquel encuentro. Lo tomé y lo guarde en mi bolsillo. Me adentré más en el bosque en busca de alguna pista, caminé un aproximado de 10 minutos por aquel bosque en busca de una señal de la bestia, me armé de paciencia y caminé un rato más, pero no hallé nada. Así que regresé con amargura y decepción al lugar del de mi accidente y me fijé en algo que no había visto antes, a unos 2 o 3 metros de donde me habían empujado se hallaban unas huellas, esto me produjo un gran escalofrío. Con ello terminé de confirmar que no estaba loco, las vi claramente, eran de zapatos de humanos, y un solo rostro llego a mi mente, Ryan. Corrí a mi auto tan pronto como pude, me subí en él y lo encendí.

 

- Basta Liann, no seas bebé – Dije para mi mismo –

 

         Pensé en seguir las huellas pero me percaté de que era tarde y empezaba a oscurecer. Me fui a casa en busca de una linterna.

 

         Al llegar a la casa escuché ruidos provenientes del piso superior, el pánico me invadió, no sabía qué hacer. Pero como un acto reflejo comencé a subir las escaleras a paso lento, ya casi llegando al piso superior escuché claramente como si alguien le hubiera dado un puñetazo a la pared. El recuerdo del accidente con la bestia en la costa vino a mí, y el pánico me dejo petrificado donde estaba. Escuché un grito proveniente del cuarto de mi hermana, así que corrí lo más rápido posible hacia su recamara. Al entrar, observé a mi hermana encima de su cama gritando y señalando a la pared frente a ella. Volteé rápidamente y me fijé en que era solo una maldita salamandra.

 

- ¡¿Qué diablos te ocurre?! – Le grité a mi hermana. Al terminar de pronunciar aquellas palabras me apoye sobre el marco de la puerta y puse mi mano libre en el pecho y trate de calmar mi respiración acelerada – ¡Casi me matas de un infarto!

 

- ¡Sácala! ¡Sácala de mi cuarto! – Gritaba mi hermana –

 

         Fui con muy poca disposición a tomar la salamandra ya que la rabia me consumía, se me pasó la idea de colocársela en la cama para asustarla más. Pero quería ir deprisa al bosque, así que la tome y me dirigí a la ventana de su cuarto, la abrí y la coloque en la pared externa de la casa.

 

- No tienes porque armar un escándalo por estas estupideces, Caroline – Dije ya un poco más calmado – Es solo un maldito lagartijo.

 

- ¡Es asqueroso! – Grito asqueada, casi llorando –

 

- Como digas…. – Salí de la habitación y cerré la puerta – Que bebita – Dije para mi mismo –

 

         Fui a la cocina a buscar una linterna, busqué en todos los muebles que había en la cocina, pero mi búsqueda fue en vano, no encontré nada. Así que busqué en todas las habitaciones posibles, pero el resultado fue el mismo. Al parecer tendría que esperar para ir mañana después de clases.

 

         Subí las escaleras un poco frustrados y me dirigí al baño y tomé una ducha, traté de relajarme con el agua caliente, la cual cumplió su propósito. Luego fui a mi habitación, me acosté en la cama, y le pasé un mensaje de texto a mi mamá, el cual decía: “Ma, ¿Cómo estás? Por aquí todo bien, me estoy acostando a dormir, te llamo en unos días para que sepas de nosotros. Buenas noches.”

 

         Coloqué mi despertador y puse el teléfono sobre la mesa, me arropé hasta el cuello y caí en un profundo sueño.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Agregar un comentario

Tu nombre o Ingresar

Tu dirección de correo (no se mostrará)

¿De qué color es el pasto? (chequeo de seguridad)

Mensaje *

© 2024 Libro: The Eyes