Libro: The Eyes
Nunca se es demasiado joven para escribir.

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La Llamada
 
 
 
 
                Gabriella estaba dormida en su cama mientras la intravenosa le enviaba sangre, y Ryan limpiaba el reguero de la cocina, yo estaba sentado en el pie de la cama observándola. Gabriella había dormido porque Ryan le había dicho que así la sangre se conservaría mejor en su cuerpo ya que así su veneno no consume tanta sangre, y por lo tanto duraría unas horas menos con la intravenosa. Bostecé y me entró un poco de flojera, aun estaba en shock por lo ocurrido hace unas horas, el atardecer era algo deprimente para el momento así que eso no ayudaba mucho. Bajé a la cocina para platicar con Ryan pero este no se hallaba allí, estaba en la sala viendo TV, me senté a su lado en el sofá.
 
- ¿Qué ves? – Pregunté para distraerme un poco –
 
- Un documental…
 
- ¿Está bueno?
 
- No…
 
- Me lo imaginé – Me aburría –
 
- ¿Cómo está Gabriella? – Preguntó Ryan –
 
- Dormida.
 
- Que bueno, así se recuperará con un poco más de velocidad.
 
- Sí… - Sonó el teléfono – Yo atiendo, debe ser Caroline, le dije que me llamara - Me paré en busca del teléfono y lo atendí rápido para que no despertara a Gabriella - ¿Si? – Busqué respuesta para confirmar que fuera Caroline –
 
- Supongo que eres Liann… - Una voz como un susurro se escuchó por el teléfono –
 
- ¿Quién habla? – Pregunté extrañado, Ryan volteó a verme con la cara arrugada –
 
- Ja, ja ¿No recuerdas mi voz? – No podía creerlo – A propósito ¿Cómo sigue mi querida Gabriella con su herida? Espero que a nuestro querido Ryan se le haya ocurrido algo para solventar el problema – El siseo de su voz era escalofriante –
 
- Maldito hijo de… - Se rio calmado y me interrumpió –
 
- ¿Sobrevivió?
 
- Si, pero puedes tener por seguro que cuando nos veamos no podrán decir lo mismo de ti – Esta vez se rio un poco más fuerte –
- Pues espero que tu hermanita corra con la misma suerte que Gabriella – En el fondo se escuchó como mi hermana gritaba mi nombre –
 
- ¡¿Qué le hiciste a mi hermana?!
 
- Nada… Aun…
 
- Juro que si le haces algo… - Ryan me arrancó el teléfono, y lo puso en altavoz para que ambos escucháramos –
 
- Dime ¿Qué quieres?
 
- ¡Oh! Ryan, supuse que hablarías en cualquier momento.
 
- Vamos Frank ¿Qué pides a cambio de la chica?
 
- Uhm… Veamos… Lastimaron a Katy…
 
- ¿Katy?
 
- Si Ryan, Katy. La chica que golpeaste hoy en nuestra charla – Hubo un silencio -… Veo que la recuerdas… Ella quiere tomar algo que te duela, quiere venganza, y no creo que Caroline esté a salvo con ella.
 
- ¡Si ella le pone un dedo encima lo lamentará! – Grité –
 
- Pues entonces creo que sería justo que nos dieran algo más a cambio –Después que dijo esto traté de pensar que valía lo suficiente para que dejara libre a mi hermana –
 
- ¿Yo puedo ser ese cambio? – Pregunté con temor, Ryan arrugó su cara y me vio con desapruebo –
 
- Uhm… Interesante, pero tú eres solo una de mis dos peticiones, la segunda es tu vida… Ryan.
 
- ¿Y piensas que aceptaremos ese trato? – Preguntó Ryan con una risa falsa –
 
- Pues yo la verdad si pienso eso, ya que cuando mate a Liann nuestra querida Gabriella buscará venganza, y vendrá por mi. Y cuando lo haga… Bueno esta vez deseará solo perder un brazo – Iba a insultarlo pero Ryan alzó su mano para que guardara silencio y lo hice, después de esto este se cruzó de brazos y puso una mano en su cara, se veía atento y a su vez pensaba con qué debatirle –. Si te entregas tú también, pues nos iremos lejos, tan lejos que Gabriella nunca nos encontrará y estará a salvo.
 
- Eres una mierda, Frank – No me contuve, y Frank se rio –
 
- Los llamaré en un tiempo, así puede que se despidan de Gabriella como es debido, esperen mi llamada, hasta pronto… Hermano…  – Colgó, su voz había sido burlona en toda la despedida –
 
                Me llevé las manos a la cabeza y grité, pateé una mesita que había al lado del sofá, y la misma cayó haciendo mucho ruido, lo suficiente como para que Gabriella se despertara y bajara. Al parecer ya estaba mejor.
 
- ¿Qué pasa aquí? – Preguntó Gabriella, aparentaba estar enferma –
 
- Cálmate Liann, con esta actitud no conseguiremos nada – Vi a Gabriella, y luego a Ryan –
 
                En ese segundo tomé la decisión de ir a casa, para ver si aun estaba Frank y entregar mi vida por la de mi hermana, no tenía otra opción si quería que ella estuviera a salvo. Tomé las llaves del auto que estaban en la repisa, y corrí hacia la puerta, pero Ryan me detuvo.
 
- ¿A dónde diablos vas? – Preguntó–
 
- A salvar a mi hermana.
 
- ¿Y estropear todo lo que hemos hecho?
 
- ¡Se trata de mi hermana Ryan! ¡Maldición! – Estaba gritando –
 
- ¡Sé que se siente Liann, yo perdí a mi hermano! – Alzó este la voz - ¡Mira a Gabriella! – Volteé a verla – Hoy casi morimos por salvar tu pellejo ¿Y ya decides morir?
 
- ¿De qué demonios hablan? – Gabriella se había alterado – Liann ¿Qué ocurre?
 
- Frank tiene a Caroline… Quiere mi vida a cambio de la suya – No le comentaría la segunda parte del trato -
 
- ¡¿Qué?! ¡Tenemos que hacer algo!
 
- Yo haré algo… - Dije e intenté cruzar la puerta, pero Ryan me detuvo –
 
- Iremos a negociar, pero no irás solo – Sentí que Ryan había tomado la decisión de entregar también su vida –
 
- ¿En qué están pensando? ¿Se volvieron locos? – Hubo un silencio donde todos nos vimos las caras - Iré con ustedes – Gabriella corrió a gran velocidad hacia la puerta, pero se cayó a mitad de camino y corrí para ayudarla a levantarse –
 
- Apenas puedes estar de pie – Dijo Ryan -, solo nos estorbarías Gabriella.
 
- ¡No irán sin mi! – Gritó Gabriella –
 
- ¡Si lo haremos! – Dije –
 
- Nos vamos Liann… Gabriella quédate aquí, si en media hora no volvemos tienes permiso de ir a casa de Liann a buscarnos – Me sorprendió su  orden y lo miré extrañado –
 
- Maldición Ryan, morirán si van por Frank.
 
- Eso ya lo veremos… - Dijo Ryan mientras daba media vuelta y abría la puerta, al parecer Gabriella obedecería a Ryan – Vamos Liann.
 
                Miré a Gabriella a los ojos, estaba a punto de reventar en llanto y luego habló.
 
- Liann no lo hagas…
 
- Es mi hermana Gabriella, tengo que ir.
 
- ¿Qué hay de nosotros? – No supe qué contestar – Dime… ¿Qué pasara si no vuelves?
 
- Lo haré – Di media vuelta para irme con Ryan –
 
- Liann… Por favor… - Gabriella había comenzado a llorar –
 
                Cerré la puerta de la casa y me dirigí al Mustang de Ryan, entre en él y vi como Ryan lo encendía, y tan pronto lo encendió piso el acelerador.
 
                Recorríamos el trayecto en silencio, e íbamos a mitad del camino. Ryan conducía a toda velocidad y no apartaba la vista del camino.
 
- ¿Te entregarás también?
 
- Dije que iríamos a negociar con él.
 
- ¿Qué pasa si no acepta otro trato?
 
- No lo sé…
 
                La muerte estaba cerca, muchas veces había pensado en como sería morir, en si existía la otra vida o no habría nada… Cualquiera de las dos ideas me aterraban. Era joven, pero morir por la vida de mi hermana era una forma digna de hacerlo, el saber que estábamos a tan solo una hora de morir, o quizás menos, era espantoso. La desesperación y la impotencia se combinaban de manera perfecta para hacer que sintiera que mi vida no tenía valor.
 
- ¿Sabes que es lo peor? – Dije –
 
- ¿Qué? – Pregunto Ryan –
 
- Nunca disfruté mi vida, vivía en una constante queja. Nunca aprecié lo que tuve y ahora que estoy apunto de perderlo todo… No sé como describirlo.
 
- Sé que se siente… Perder a tus hermanos no es fácil, y sentir que tu vida está a punto de acabar no es tampoco… Lo mejor. Pero sé que si muero ahora, salvaré a Gabriella, y a la hermana de uno de mis hermanos – Volteó a verme y yo asentí en forma de agradecimiento, sabía que le debía más que la vida a Ryan –
 
- Ryan – Me había recordado la pregunta que me había formulado en la casa –
 
- ¿Si?
 
- ¿Por qué le dijiste a Gabriella que si no volvíamos en treinta minutos a la casa fuera por nosotros? ¿Acaso la idea no es mantenerla a salvo? ¿O me equivoco?
 
- Tienes toda la razón, esa es la idea. Pero treinta minutos son suficientes para que los Boenigk acaben con nosotros, y como sé que cumplirán su parte del trato, sé que dejarán libre a Caroline, pero lo más seguro es que la dejen allí y es mejor que la encuentre Gabriella y que ellas puedan charlar y así Caroline le explicará todo. Eso sí, antes tenemos que pedirle a Frank que nos deje hablar con ella.
 
- ¿Y si Gabriella llega en medio del desastre e intervine?
 
- No lo hará. Si nos entregamos con facilidad, es decir, sin poner resistencia y charlamos con Caroline, como mas tardar en unos quince minutos los Boenigk ya se habrán ido, y el resto del tiempo Caroline tendrá que esperar por Gabriella. Lo mas seguro es que no se mueva de allí debido al horror de lo que verá y por el miedo, con suerte podrá respirar – En respuesta a esto guardé silencio, no sabía que podía responder, escuchar con la facilidad con que Ryan hablaba de nuestra muerte era aterrador –
 
                Llegamos a la casa, y la puerta estaba entre abierta, no me podía mover pero Ryan bajó del auto y tuve que reunir fuerzas para seguirlo, al hacerlo sabía que estaba a unos pasos de mi muerte. Entré a la casa y todo era como lo esperaba. Katy se encontraba de brazos cruzados y tenía a Caroline arrodillada a sus pies. Un muchacho rubio estaba sentado al pie de las escaleras jugando con una pelota, se la pasaba de una mano a la otra, pero cuando entramos se detuvo y se puso de pie con un rostro tan serio como el de la rubia. Un muchacho de cabello largo y negro como la noche estaba sentado en el respaldar del sofá de la sala, viéndonos, como si nos hubiera estado esperando. Pero faltaba uno, Frank salió de la cocina para incorporarse al grupo, con una manzana roja en la mano.
 
- Sabía que vendrían y decidí esperarlos.
 
- Quiero negociar contigo, Frank.
 
- Siempre negociando Ryan… Deberías dejar de hablar tanto y actuar más – Lo miró con una mirada amenazadora –
 
- Solo dices eso porque sabes que estamos en desventaja, ustedes son cuatro, nosotros dos – Frank se rio, se paseaba de un lado a otro –
 
- Sabes que no es así Ryan. Muy bien sabes que me atrevería a enfrentarme a ti y a Gabriella a la vez yo solo, incluso si estuviera el idiota e incompetente de Fred – Sonrió con malicia -… Deja la charla, y actúa.
 
                Ryan dejó notar su furia con respiración agitada. Todo fue muy rápido, Ryan corrió hacia Frank y lo tomó de la camisa, hubo varios movimientos con sus manos y luego Ryan salió disparado contra la TV y se estrelló contra ella. Quedó arrodillado en el piso y con la camisa rasgada y la marca del rasguño en su pecho.
 
- Aun no estás listo Ryan, tu ira no te deja controlar tus movimientos – Hablaba calmado -. Después de todo este tiempo sigues siendo ese muchacho altanero y descontrolado… - Negó con la cabeza en forma de desaprobación - Por esa actitud fue que murió tu hermana – Sonrió –.
 
                Ryan se puso de pie y corrió hasta Frank para atacarlo de nuevo, pero ocurrió lo mismo. Hubo varios movimientos de manos y Frank salió disparado, esta vez hacia la otra pared.
 
- Creo que no es momento de tomar decisiones Ryan – Dio dos pasos hacia mi -. Y tu Liann, estoy ansioso por quebrar tu cuello, pero no sin antes hacerte sufrir – No sé como yo aun seguía de pie – Si quieres comunicarte conmigo llama al celular de tu hermana, piensen bien su decisión, puede ser el fin de ambos.
 
                Comenzaron a salir por la puerta corrediza que daba hacia el patio. El rubio salió primero, seguido por mi hermana y Katy. Mi hermana dijo mi nombre varias veces, estaba golpeada, la habían maltratado, la impotencia me mataba. Frank se dirigió a la puerta y, al ver que el muchacho de cabello negro veía a Ryan con ganas de destrozarlo, se detuvo para hablarle.
 
- Ahora no Carl, te prometo que llegará su momento.
 
- El momento que llegará será el de tu muerte– Le dije a Frank, este sonrió. Mis comentarios le causaban gracia, pensaba que yo era menos que él –. Pagarás por cada daño que me has hecho a mi y a todas las personas qué quiero.
 
- Vámonos Carl – El muchacho salió corriendo por la puerta y Frank salió tras él, pero no si antes haberse despedido de manera estúpida. Se había inclinado como si estuviera finalizando una obra de teatro –
 
                Corrí hacia Ryan para ayudarlo. Lo ayudé a ponerse de pie y nos apresuramos a ir al auto.
Esta vez conduje yo, Ryan no estaba en condiciones de hacerlo. A pesar de que no iba tan rápido como Ryan, llegamos rápido a la casa. Lo ayude a entrar, Gabriella estaba en la sala a punto de partir.
 
- ¡Estaba a punto de ir por ustedes! ¡¿Qué le pasó a Ryan?! – Se alarmó al ver que cojeaba al entrar después de mí –
 
- Nada grave Gabriella, estaré bien.
 
- ¿Qué ha ocurrido?
 
- Luchó con Frank, pero no pudo. Luego Frank dijo que nos daría un tiempo para llegar a un acuerdo con él y se fue.
 
- ¿Y Caroline?
 
- Se la llevaron…
 
- Lo siento Liann… - Dijo Gabriella, Ryan se tambaleó y Gabriella y yo lo agarramos – Vamos, te ayudaré a subir a tu habitación.
 
 
                Gabriella y Ryan conversaron un rato en la habitación de Ryan, supuse que él le explicaba todo lo que había pasado y lo que había ocurrido antes de que ella despertara. Yo tomé una ducha y no me quitaba de la mente la imagen de mi hermana siendo llevada por los Boenigk. También imagina como había sido cuando ellos llegaron a la casa, si la estaban esperando adentro, o si la atraparon cuando abría la puerta. Todos esos pensamientos solo me ponían más incomodo, incluso llegué a pensar en el caso de que decidieran matarla pero, como un auto reflejo, mi mente rechazó esa idea y no volvió a mí. Me vestí y fui al cuarto de Gabriella, la esperé en la cama, pero ella no regresaba, la bolsa de sangre con la intravenosa estaba casi vacía, noté que Ryan le había colocado más de una bolsa. Estaba agotado y no podía soportar el cansancio, traté de esperar a Gabriella pero ella seguía charlando, y no tuve más opción que dormir.

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