Libro: The Eyes
Nunca se es demasiado joven para escribir.

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Actitudes Inesperadas
 
 
 
 
            Habían pasado semanas desde que no hablaba con Gabriella, solo me saludaba por cortesía.
 
            Era martes por la mañana, a mitad de noviembre y el frio de Navidad se hacía sentir. Entré en el aula de literatura, donde me senté de primero en la fila de asientos, sin percatarme de ello. Empezó la clase y prestaba atención. A la mitad de la clase la profesora Suzanne Morgan ordenó ponernos en pareja para hacer un test corto. Los alumnos presentes en aquella aula se quejaron por el corto plazo de tiempo que les quedaba.
 
- Si trabajan juntos lo harán a tiempo. Así que ¡A trabajar!  - Sentenció Morgan, con un tono de voz muy complaciente y amigable –
 
            No había terminado de decidir con quién trabajaría cuando alguien ya se había unido a mí. Para mi sorpresa, esa persona era Emily.
 
- ¿Te molesta si trabajo contigo? – Preguntó un poco penosa –
 
- En lo absoluto – Contesté con la mayor indiferencia posible –
 
            Por Emily me había conseguido un buen problema, y no quería agregar otro más a la cuenta. No sabía si ya a Gabriella le interesaba lo nuestro, pero era mejor no arriesgar.
 
 Acepté su propuesta tratando de demostrar indiferencia, pero a la vez traté de que no se sintiera mal. Comenzamos a trabajar, y solo hablamos para preguntarnos dudas acerca del trabajo. Me hallaba respondiendo la pregunta número cinco, la cual era muy extensa; Me detuve un momento a pensar y organizar mis ideas, cuando un pequeño hilo de voz interrumpió mis pensamientos.
 
- Liann, ¿Puedo preguntarte algo? – Dejó de escribir y volteó para observarme –
 
            La imité pero al verla a los ojos, tuve una sensación extraña. Era un momento incomodo.
 
- Claro – Respondí con indiferencia de nuevo –
 
- ¿Tienes algún problema conmigo?
 
- ¿Por qué habría de tenerlo?  - Arrugué la frente –
 
- No lo sé – Dijo mientras comenzaba de nuevo con su escritura – Es solo que… - Pensó lo que diría una vez más – Desde que casi nos besamos… - Guardó silencio por un momento y se sonrojó – Bueno tu sabes, ya nada ha sido igual.
 
            La conversación se había tornado muy penosa; Quizás no me hubiera dado tanta pena si no hubiera visto a Emily reaccionar de aquella manera. Se veía muy linda cuando se sonrojaba, después de todo, sin contar a Gabriella, Emily podría ser una de las mujeres más linda de la institución.
 
- Pues… - No sabía que contestar – Es que…
            Alguien, de otro grupo, nos chiteó. Fuera quien haya sido, se lo agradecí mucho. Aproveché la situación para retomar lo que estaba escribiendo. No pasaron más de 5 minutos cuando Emily volteó para hablarme de nuevo.
 
- ¿Cómo vas con eso? – Preguntó sin interés –
 
- Bien, el problema es que muy extensa – Dije sin mucha gana –
 
- Ah… - Guardó silencio unos segundos - ¿Entonces hay algo mal?
 
- No, lo estoy haciendo bien – Me hice el despistado –
 
- No hablo sobre el trabajo Liann, tú sabes a lo que me refiero.
 
- Pues no, no hay ningún problema.
 
            En seguida la profesora Morgan nos interrumpió.
 
- Están juntos para trabajar, no para conversar sobre temas triviales.
 
            Guardamos silencio, pero me sentí un poco mal por como traté a Emily, así que decidí disculparme.
 
- Lo siento por tratarte así ultimadamente, no fue mi intención que te sintieras rechazada  - En eso ultimo hubo un poco de mentira -
 
- Tranquilo, solo no entiendo el porqué de tu actitud – Dijo mientras volvía a clavar su mirada en mi –
 
- Es que es… - Hice una pausa - Complicado de explicar. Pero tranquila todo está bien – Volteé para verle la cara y le dediqué una sonrisa sin mostrar mis dientes –
 
            Ella la imitó, pero pareció aun más contenta que yo, y era obvio que lo estaba.
 
- Es bueno saberlo – Y al decir esto último puso su mano sobre la mía –
 
- ¡Basta! – Alzaron un poco la voz – Como veo que ambos no tienen ni el mínimo respeto por esta actividad, me veré obligada a que sacarlos de aula de clase.
 
- Pero… - La profesora Morgan no me dejo concluir lo que iba a decir –
 
- Lo siento mucho señor Sullivan, pero usted y la señorita Moore se tendrán que salir. – Hizo silencio – Vean el lado positivo, no los enviaré con el director, solo salgan y conversen afuera.
 
- Pero profesora Morgan, Liann y yo no hemos terminado – Intervino Emily –
 
- Lo siento señorita Moore, ya les había mandado a hacer silencio dos veces.
 
            Un poco frustrado y con pena, recogí mis útiles y los guarde en el bolso, luego le entregué mi parte del test a la profesora Morgan, y salí de clases. Emily no tardo en llegar a mi lado, y cuando lo hizo se disculpó.
 
- Tranquila Emily, también fue mi culpa.
 
            Nos sentamos en un banco que se hallaba en medio del pasillo del colegio, y nos quedamos en silencio por un rato. Era uno de los silencios más incómodos que había pasado. Pero por fin Emily interrumpió aquel silencio.
 
- Puede que el próximo sábado haya otra fiesta en la playa ¿Te animas? – Preguntó un poco ansiosa –
 
- Mmmm… No lo sé – Me interrumpió –
 
- ¡Oh vamos Liann! Siempre le buscas excusa a todo.
 
- ¿Puedo invitar a alguien?
 
- Pues claro, la costa es publica.
 
- Esta bien, yo iré. ¿Necesitas el aventón como la vez que fuimos al cine?
 
            Emily volteo y me observo con cara de incredulidad y me dedicó una enorme sonrisa. Sabía que había interpretado mal las cosas, yo solo intenté ser amable. Observé a Emily esperando su respuesta y vi por el rabillo de mi ojo que alguien pasó, al voltear me fije en quien era.
 
- Esto no puede estar pasando – Dije en voz baja, y luego me paré de mi asiento – ¡Gabriella, espera!
 
            Me ignoró y siguió caminando, traté de alcanzarla. Cuando estaba a solo unos paso de ella le volví a hablar.
 
- Gabriella no es lo que tú crees.
 
Se volteó de inmediato y me puso una mano en el pecho, con la fuerza suficiente como para hacer que retrocediera un paso. Tenía semanas sin ver sus ojos, pero esta vez que los vi no sentí la satisfacción que antes me hacían sentir, en vez de ello, sentí miedo, pánico, terror, y tristeza. Esos ojos verdes claros se habían tornado más oscuros y se había llenado de rabia. Me observó con su mirada asesina, volteó y se marchó para dejarme plantado allí.
 
            Volví al banco donde antes me hallaba sentado, y metí mi cabeza entra las manos, mientras apoyaba los codos en mi pierna; La comencé a apretar con fuerza hasta que llego un punto en que me dolió.
 
- ¿Y a esa que le ocurrió? – Pregunto Emily un poco desorienta, sin entender lo que había ocurrido –
 
            La ignoré y me senté derecho, dejé que mi cabeza pegara contra la pared y luego me crucé de brazos. Ya no tenia ánimos de seguir hablando con Emily, la molestia y el odio que sentía en ese momento eran de otro mundo. Me provocaba hablar con Gabriella a solas y tener el tiempo suficiente para explicarle todo detalladamente.
 
- Liann… - La interrumpí –
 
- Lo siento Emily, quiero estar a solas en estos momentos – Recogí mi bolso que había dejado en el suelo y luego me paré, caminé en la misma dirección que había tomado Gabriella. En el aire se podía respirar una estela de un extraño aroma que al parecer había dejado a su paso, pero éste no era su exquisito aroma característico.
 
 
 
 
            Tomé asiento con mi bandeja de comida, me hallaba molesto. Después de haber buscado a Gabriella en vano  me dio mucha hambre. Estaba comiendo disgustado y noté que George me observaba desde el otro asiento.
 
- ¿Qué te pasa bro? – Pregunto un poco preocupado –
 
- Es Gabriella…
 
- ¿Otra vez Gabriella? – Pareció estresarse-
 
- No es lo que crees, ella y Ryan no son…
 
- Vamos hermano ¡Por favor! – No quería seguir escuchando mis quejas –
 
- Si, mejor olvidémoslo – Estuve cerca de revelar lo que era un secreto –
 
            Emily se sentó con nosotros al igual que Brandon. Los dos nos saludaron cortésmente y  George se limitó a contestar un “Que hay”.
 
- Liann, sobre tu proposición, tranquilo que ya el carro sirve – Dijo Emily –
 
- Que bien… -Dije sin ánimos –
 
            Los tres comenzaron a parlotear, y decir chistes. Pero yo me hallaba desesperado por buscar a Gabriella, e inconscientemente mi mirada se posaba en la puerta del comedor de vez en cuando.
 
            Sonó el timbre y me dirigía a mi siguiente clase. Me hallaba cerca del salón, cuando tropecé con alguien.
 
- Lo sient… - Se interrumpió – Fijate por donde caminas imbécil.
 
            Ignoré a Anthony, no tenía ganas de pelear. En realidad si las tenia, pero no era el momento.
- Ahora si me ignoras ¿Verdad? Porque no tienes a tu estúpido novio para que te defienda… ¿Cómo es que se llamaba? ¡Ah sí! George-
 
            Me volteé y lo vi directamente a la cara.
 
- ¿Acaso te molestaste? – Dijo Anthony de manera provocadora –
 
- Mi mama me enseño que las mujeres se respetan, así que mejor cállate y lárgate.
 
            No me había fijado en que se había hecho un círculo de personas a nuestro alrededor. Quizás su último comentario me molestó tanto que al responderle no me percaté de que alcé demasiado el tono de voz. Entre el creciente grupo de personas en nuestro entorno se hallaba George,  el cual intentaba entrar para golpear a Anthony, pero unos miembros del equipo de soccer lo retenían.
 
            Cuando me volteé vi que Anthony se había abalanzado sobre mí, y me dio directamente con su puño en mi cara. La segunda vez que intentó pegarme, reaccioné y logré evadir el golpe para luego golpearlo directamente dos veces seguidas en la nariz. Este se quejó de dolor y de ella brotaba sangre, acto seguido se tapó con las dos manos. La ira que tenía guardada dentro de mi brotó rápidamente. Y sin percatarme le había dado un rodillazo justo en el estomago y me hallaba golpeándolo, cuando de repente una mano fría me jalo hacia atrás y me tiró al suelo. Caí sobre mi coxis y al levantar la mirada observe quien era. No lo podía creer, esperaba a quien fuese menos esa persona.
 
            Ryan se acercaba a Anthony y lo colocó de pie con una sola mano.
 
- Es hora de que vayas cerrando tu boca, Donovan – Dijo con esa voz penetrante, y terrorífica – o seré yo quien te golpee la próxima vez.
 
            Anthony se asustó más de lo esperado mientras continuaba tapándose la nariz, y al parecer también le había roto un labio. Sentí que había brotado toda mi ira, y que la había descargado sobre Anthony. Por un momento sentí lastima, pero luego lo volví a odiar como de costumbre.
 
            Del público presente salió su novia Jessica, parecía muy preocupada.
 
- ¡Eres un imbécil Liann! – Me gritó Jessica –
 
            A continuación, Jessica se lo llevó y las personas comenzaron a murmurar. Me paré del suelo y me voltée para irme, pero una voz me retuvo.
 
- ¡Liann! – La voz grave de Ryan me hizo temblar, pero mi ira hizo que me pudiera voltear y verlo con cara de disgusto – Tu y yo tenemos que hablar a solas. Te espero en el estacionamiento a la hora de salida.
 
            Mi molestia era tan grande que sentía que podía enfrentarme a Ryan, pero sabía que perdería. Siendo consciente de ésta situación me limité a asentir, girar e irme a mi próxima clase.
 
 
 
 
            A mitad de bloque ocurrió lo que esperaba. Me llamaron de clases, porque el directo me solicitaba. Así que me paré disgustado y tomé mi bolso para ir con el director.
 
- ¡Vaya día! – Dije para mis adentros -
 
 
Anonymous

Jesus Castañeda

26 Sep 2011 - 10:51 pm

Apurateeeeeeeeeeeeee

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