Libro: The Eyes
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Un Enemigo en Común
 
 
 
 
            Estaba un poco asustado por el encuentro con Ryan; Buscaba infinitas maneras de tranquilizarme, pero solo hallaba pocas. Pero ¿A que le temía? ¿A que me matara? Eso era, le tenía miedo a la muerte, pero ¿por qué habría de matarme? Lo pensé mucho y no encontré respuesta alguna a ello. Dudaba de que me hiciera algún daño físico ya que el encuentro sería en el estacionamiento y todos los alumnos estarían presentes, pero aun así era victima del pánico, un pánico que tanto Ryan, como mis amigos, incluso como yo mismo habíamos infundido en él.
 
            Sonó el timbre y un escalofrío corrió por mi espalda, sentí que esta podía ser la última vez que caminaba por el pasillo de la escuela, así debían sentirse las vacas cuando iban al matadero. Retardé mi encuentro todo lo posible, y camine lo más pausado que pude, pero todo esto era un intento inútil, ya que no me serviría en lo absoluto, a fin de cuentas me encontraría con Ryan ¿Y si huía? De todas formas el me atraparía.
 
            El pasillo en cierta forma se me hizo eterno, pero al fin llegué a las puertas de vidrio que separaban el interior del edificio y el estacionamiento, desde adentro se podía observar el frío que hacía fuera y, con la llovizna que había caído hacía unas horas, el ambiente se veía aun mas gélido. Crucé la puerta y busqué con la mirada a Ryan y noté que estaba recostado sobre el capó de su Mustang GT. Ryan me observó con una cara seria e inescrutable, me aproximé a él fingiendo paciencia.
 
- ¿Entonces?  - No se me ocurrió nada mejor para dar inicio a nuestra charla-
 
            El se separó del capó su auto y rápidamente se dirigió a la puerta del piloto. Al abrirla me miró seriamente y se quedó tieso.
 
- ¿Necesitas que te abra la puerta del copiloto para que entres al auto? – No trató de ser divertido con esa expresión –
 
            Me limité a observarlo por unos segundos y él hizo lo mismo; Dudaba de si debía o no entrar al auto, no sabía que ocurriría si lo hacía, pero no tenía otra opción ¿O si? ¿Qué otra cosa podía hacer? ¿Correr y gritar que Ryan era un vampiro? No lo creo.
 
            Ryan arrancó el carro a toda velocidad, el motor rugía de una manera ensordecedora, entró a la autopista y se desvió de ella entrando por un camino de tierra, y se adentró mucho, yo diría demasiado, solo se observaban árboles a nuestro alrededor, los cuales los íbamos dejando atrás.
 
 No habíamos demorado mucho en llegar; Nos detuvimos al llegar a un rio, y Ryan se bajó de inmediato, y yo lo seguí, casi como un acto reflejo.
 
 
 
- Me enteré de tu conversación con Gabriella en el bosque – El corazón se me aceleró, el terror me invadió, Ryan había encontrado la excusa para matarme, Gabriella me había advertido de ello, se encontraba de brazos cruzados y parado frente a su carro -. Muy idiota de su parte hacer esa entupida reunión, como pudo pensar que no me enteraría.
 
- ¿Cuál es tu maldito problema con que salga con Gabriella? – Dije tratando de parecer tan rudo como él lo estaba siendo -
 
- ¿Mi problema? – Dijo con un tono amenazador mientras descruzó sus brazos violentamente y daba un paso hacia mí, al cual yo respondí dando dos pasos hacia atrás, para alejarme de él – A estas alturas tú me preguntas que ¿Cuál es mi problema? – Hizo una pausa – Creí que eras más listo Sullivan.
 
- ¿Podrías terminar de decirme que pretendes con esta charla? ¿Por qué me traes aquí? – Pregunté -
 
- ¿Pretendías hablar de vampiros en el estacionamiento? – Su expresión parecía como si quisiera explicarle algebra a un bebé de dos años – No creo que fuera lo más inteligente, y mucho menos con tu carácter tan explosivo.
 
- ¿Por qué lo dices?
 
- ¿Qué por qué lo digo? Liann ¿Acaso no viste tu reacción hoy? Imagina que se te zafara otro tornillo en el estacionamiento y gritaras a media humanidad sobre la existencia de los vampiros.
 
            Me molestaba su comentario pero tenía razón, mi paciencia últimamente estaba a flor de piel.
 
- Entonces, terminemos con esto y dime lo que tengas que decirme.
 
- Puede que no te guste las cosas que te vaya a decir a continuación, pero tendrás que aceptar mis instrucciones sin protestas – Su voz era ruda y tenía ese tono autoritario -. No hablarás con Gabriella hasta nuevo aviso.
 
            Me enfurecí de nuevo pero Ryan no me dejó hablar.
 
- Te dije que te quedaras callado – Me observó con su mirada penetrante y noté que no tendría paciencia conmigo -. Te guste o no tendrás que irte de la ciudad.
 
- ¿Qué coño…?
 
- ¡Cállate! – Comenzó a respirar agitadamente – En serio Sullivan, si no fueras tan importante para Gabriella te hubiera matado el primer día en que llegaste a esta ciudad – Una gota de sudor frío me resbaló por la frente -, lo único que has hecho desde que llegaste ha sido traerme problemas, pero si te mato Gabriella no me perdonaría jamás, y se alejaría de mí y en estos momentos tiene que estar lo mas cerca posible, ya que corre peligro.
 
- ¿Gabriella corre peligro? – Pregunté alarmado -
 
            Ryan respiró hondo para así calmarse un poco antes de continuar.
 
- Gabriella podrá ser vampiro pero no es muy lista que digamos, ni siquiera ha memorizado las zonas seguras del bosque – Me molestaba que se expresara así de Gabriella pero no lo interrumpiría a menos que fuera necesario -, se le escapó de las manos la situación de la fiesta, y luego la muy tonta se adentró contigo en el bosque a solas.
 
- Por favor Ryan, no te expreses así de Gabriella – Lo dije en un tono no muy cortés -
 
            Me observó como si mi comentario hubiera sido absurdo, pero la verdad lo había sido e incluso pensé que reiría, pero con la rapidez que llegó esa expresión, desapareció.
 
- Frank andaba en sus andares y los escuchó, los estuvo observando todo el tiempo en el bosque.
 
- ¿Cómo lo sabes?
 
- Yo estaba allí – Dijo Ryan -
 
            Recordé el beso con Gabriella y me sentí extraño, no sabía como sentirme, era extraña la sensación de saber que Ryan había visto a Gabriella besándose con un humano.
 
- El punto es que, por sus estupideces, Frank pensó que ya ustedes eran algo más que amigos. Luego el beso se lo confirmó y eso hizo que se sintiera humillado.
 
- Espera un momento Ryan ¿Por qué se sentiría humillado?
 
- ¿Qué Gabriella no te contó? – Su cara fue de sorpresa – Ella y Frank eran pareja – El estomago se me tensó -, pero no se llevaban muy bien, en realidad para mí era imposible que Gabriella estuviera con una persona tan imbecil como él, incluso conversé con ella en varias ocasiones para que reflexionase sobre ello, nunca entendí como Gabriella se fijó en alguien como él, incluso llegué a pensar en que Frank la amenazaba con matarla si lo dejaba – Me hervía la sangre en tan solo pensar en ello -. En fin, Gabriella reflexionó y lo dejó, y desde ese día mi “amistad” con Frank cambió para siempre – Su cuerpo se relajó un poco y se cruzó de brazos, a continuación se recostó del capó de su Mustang -. Ahora se siente humillado, se siente asqueado; Debe de estar pensando “¿Cómo un humano le robó el corazón a su Gabriella?” – Ryan tenía una sonrisa burlona en la cara, pero desapareció en seguida y su cara tensa volvió, y no hubo rastro de esa sonrisa que se había dibujado, esa sonrisa desapareció tan rápido como apareció – El punto es que, hoy mismo harás tu maletas, te irás de casa. – Sentenció -
 
- Pero… - Estaba confuso -
 
- No tienes opción, ya me encargué de tu choche, estará aparcado en tu casa para que tu hermana pueda manejar hasta la escuela.
 
- ¡No dejaré a Caroline sola!
 
- ¡No me seguirás trayendo problemas Sullivan! – Alzó la voz y a su vez se separo del capó para señalarme con su dedo; Su cara se tensó y mostró rabia - ¡La única razón por la que te salvo el culo es porque si mueres Gabriella no lo soportaría! – Mientras mencionó aquellas palabras me tocó, mas bien, me golpeó con su dedo en mi pecho -
 
- ¿A dónde iré? – Pregunté, aun sin estar seguro de hacer caso a Ryan -
 
- A casa de un viejo amigo.
 
- ¿Qué le diré a Caroline?
 
- Gabriella se encargara de ello.
 
- ¿Por qué me tengo que ir de casa? – Ya sabía la respuesta pero tuve una esperanza de obtener otra respuesta -
 
- Frank quiere matarte.
 
- ¿Cuánto tiempo estaré fuera de casa?
 
- No sabría decirte, pero yo que tú me olvidaría de volver pronto a ella.
 
 
 
 
            Ryan se estacionó frente a mi casa, y me sorprendió ver mi coche allí estacionado.
 
- ¿Pero como? – Dije sorprendido – Yo tengo las llaves del auto aquí – Toqué mi bolsillo izquierdo y luego el derecho, pero no sentí las llaves en mi bolsillo -
 
- Robar es tan sencillo para un vampiro – Me observó con una media sonrisa, pero sentía que se burlaba -
 
- Pensé que tú lo traerías -
 
- Nunca dije eso – Dijo Ryan -
 
            Mi mirada se posó en la puerta principal de la casa, y observé como alguien la abría, por un momento pensé que era Caroline, pero para mi sorpresa era Gabriella. Bajé del auto sin pensarlo dos veces, me dirigí hacia ella y cuando estuve frente a ella, solo pude abrazarla, y ella me devolvió el abrazo.

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