Libro: The Eyes
Nunca se es demasiado joven para escribir.

Si buscas hosting web, dominios web, correos empresariales o crear páginas web gratis, ingresa a PaginaMX
Por otro lado, si buscas crear códigos qr online ingresa al Creador de Códigos QR más potente que existe


En transformación
 
 
 
 
                No creía lo que ocurría, estaba consternado. En cuanto puse un pie dentro de la casa me tambaleé y quedé arrodillado entre Ryan y Gabriella los cuales me ayudaron a ponerme de pie, Gabriella tenía una cara como de preocupación y Ryan una inescrutable, me ayudaron a sentarme en el sofá de la sala y Ryan se puso a mi altura.
 
- ¿Cómo te sientes? – Preguntó este mostrando verdadera inquietud –
 
- ¿Qué te importa? – Puse mi mano en la cabeza, estaba sudando frío y una gota bajó por un costado de mi rostro haciéndome cosquillas –
 
- Busca un trapo húmedo Grabriella – Gabriella asintió y regresó en cuestión de segundos –
 
                Ryan lo puso en mi frente y me ordenó frotarme con el mismo, lo obedecí. Todo había sido muy repentino y sin sentido ¿Cómo me estaba transformando? ¿Acaso alguno de ellos me había mordido mientras dormía?
 
- Ryan ¿Cómo es posible?
 
- No tengo idea Grabriella – Este tenia los brazos en las cintura –
 
- Hay algo más importante que resolver en estos momentos – Dije con dificultad -, mi hermana está con Frank y no veo que ninguno de ustedes dos trate de resolverlo.
 
- Liann… - Comenzó Grabriella, pero guardó silencio cuando se fijó en mi mirada de seriedad –
 
                Tanteé mis bolsillos en busca de mi celular pero no se hallaba en estos.
 
- Mi teléfono ¿Dónde esta? – Pensé en el agite ocurrido hace unos minutos – Gabriella búscalo por favor, se me cayó afuera.
 
Esta miró a Ryan el cual asintió, Gabriella salió a toda velocidad en busca de mi teléfono.
 
- Tienes que tener cuidado Liann con tus… – Este había apoyado su mano izquierda en mi hombro y yo se la quité de un manotazo y este guardó silencio –
 
                Nos observamos fijamente y mi instinto me hizo girar a un lado, ví a Gabriella que rozaba su bolsillo con la mano.
 
- No encontré el teléfono.
 
- ¿De verdad me crees tan estúpido? – Le dije sintiéndome ofendido –
 
- Gabriella, ambos sabemos que lo guardaste en tu bolsillo – Le espetó Ryan –
 
- No veo para qué quieres comunicarte con Frank.
 
- Ryan puede entregar su vida si quiere, pero él no decide por mi hermana.
 
- ¡¿Por qué tú si puedes decidir por ella?! – Gabriella se había alterado, no parecía ella. Un ardor recorrió dentro de mi cuerpo y me puse furioso, no podía controlar la ira y me puse de pie para gritarle –
 
- ¡No, pero si puedo decir por mi vida! – Aquel arranque de ira se fue tan rápido como llegó, y no me percate de que con él se habían ido mis fuerzas y me había tumbado en el suelo –
 
                Ryan fue el primero en ayudarme a parar pero en cuanto me puse de pie quite su mano de mi brazo con brusquedad, mientras que Gabriella me observaba con tristeza y dolor, pero quieta como una estatua. Tomé asiento.
 
- Puede que Ryan elija salvarte pero no decidirá el destino de Caroline… Yo me entregaré por ella – Hablaba como si estuviera fatigado –
 
                Gabriella después de verme fijamente subió a toda velocidad a su habitación.
 
- Liann tienes que escucharme – Puso su mano de nuevo en mi hombro y la vi fijamente con severidad -.
 
- Me tocas de nuevo y te arranco la mano – Pensé en que me retaría a hacerlo pero este se disculpó, retiró la mano y luego se sentó a mi lado –
 
- Tienes que controlar tus sentimientos, estarás más explosivo que nunca mediante la transformación – Asentí - ¡Es en serio Liann! Tu cuerpo sentirá tanto poder que te enfrentaras al que sea y como sea, así como acabas de hacer con Gabriella… - Agaché la cabeza y me arrepentí de haberlo hecho –
 
- ¿Pasa algo si me dejo llevar por esto? – Lo pregunté ya que lo dijo como si corriera peligro por ello –
 
- A eso quería llegar… Tu cuerpo estará muy inestable y cualquier arranque de rabia como el de ahorita puede causar tu muerte y todo lo que hemos hecho será en vano – El corazón se me aceleró un poco, y asentí -. Ahora hay que averiguar la razón por la que te estás transformando.
 
- Primero lo primero – Este me miró como si no comprendiera a lo que me refería, pero sabía que estaba fingiendo -, que Gabriella traiga mi teléfono – Este suspiró un poco fuerte y luego fue en busca de mi celular –
 
                Tardó unos cuantos segundos pero para cuando bajó con el teléfono Gabriella venía pisándole los talones, luego este me dio el teléfono y Gabriella se limitó a quedarse en el pie de las escaleras sentada, con los brazos cruzados y apoyados en sus rodillas.
 
- No cometas ningún error – Me dijo Ryan y yo asentí –
 
                Llamé al celular de Gabriella y el teléfono repicó unas tres veces, pero al final contestaron.
 
- ¿Por qué no me sorprende? - Frank hablaba de manera burlona –
 
- Esto es lo que haremos Frank, yo iré por un cambio. Yo por la vida de mi hermana…. – Me interrumpió –
 
- ¿Qué te hace pensar que aun se encuentra con vida? – Volvió la ira a mí, y mi rostro se endureció, cada músculo de mi cuerpo estaba tenso, sentía que era de piedra, advertí la mirada de Ryan para que me calmara y traté de hacerlo –
 
- Dejémonos de estupideces Frank, ambos sabemos que aún está con vida.
 
- Vaya, vaya Liann ¿Ahora llevas la batuta en la familia? – No sabía si se refería a la mía o a la de Ryan, pero decidí ignorar su comentario –
 
- ¿Qué dices sobre hacerlo mañana? – Sentí la mirada de Gabriella que se clavaba en mi espalda como unas agujas –
 
- Creo que estás equivocado Liann, un trato es un trato y ya yo conversé con Ryan.
 
- ¡Él no tiene derecho a decidir por mi sobre la vida de mi hermana!
 
- Ah… Eres tan impulsivo, tan soberbio, tan… Yo – Me sorprendió su respuesta -, me recuerdas a cuando…  - Hubo un corta pausa - No será mañana, te castigaré por sus indecisiones, pasado mañana haremos el intercambio, espero que no te aproveches de mi bondad Liann – Este se rió un poco -, será al atardecer en el lago Lighwood. Adiós.
 
- ¡Espera! ¿A que te refieres con que me castigarás por nuestras indecisiones?
 
- No pensarás que me quedaré con tu hermanita sin obtener nada ¿O sí? – Se escuchó un grito de dolor al otro lado del teléfono, era Caroline, a continuación se cortó la llamada –
 
                Marqué de nuevo el  número con desesperación pero caía directo al buzón de mensajes, marqué nuevamente pero sin conseguir nada a cambio. La ira brotó en mí, me puse de pie y arrojé el celular contra la pared. Este, al estrellarse, se destruyó  y sus partes se esparcieron por toda la sala.
 
- Por favor Liann, cálmate – Me dijo Ryan –
 
- ¡¿Que me calme?! – Giré sobre mí mismo ya que Ryan se había colocado a mis espaldas –
 
- Liann por favor… - Se me había olvidado que Gabriella estaba allí debido a su silencio, pero esta, cuando habló, lo hizo con severidad, no con su tono cortés característico –
 
- ¿Qué pasa?
 
- “¿Qué pasa?” ¿Esa es lo único que se te ocurre decir en estos momentos? – Se puso de pie – Ni siquiera te interesa lo que pienso Liann.
 
- No se trata de ti, ¡Es de Caroline de quién hablamos!
 
- No es solo de Caroline Liann… También se trata de nosotros, todo lo nuestro acabará y todo por lo que luchamos se destruirá, después de tanto luchar por esto, tú tomas una decisión así de fácil. Nuestras huidas, los encuentro con Frank, incluso la muerte de Fred… Todo será en vano – Ví como a Ryan se le endurecían las facciones, no podía creer con la rudeza que hablaba Gabriella, ni siquiera la creía posible de ser así, siempre había sido tan dulce, incluso cuando estaba molesta, era cierto que muchas veces discutimos y que se puso terca pero siempre había algo que la hacía ver delicada, pero ahora se veía hostil y peligrosa.
 
- Es mi hermana… - No sabía que decir y noté que mi voz se había apagado –
 
- Y yo soy tu… -No encontraba una palabra apropiada - novia, con la cual compartirías la inmortalidad – Nos vimos fijamente unos segundos y luego esta giró para subir las escaleras y luego entrar en su habitación –
 
                Estaba parado en medio de la sala, sin saber que decir o que hacer, aun no me había mentalizado de que mi fin estaba cerca, o al menos hasta que Gabriella me había hablado de aquella manera, me sentí solo de nuevo y ahora triste, pero saber que mi hermana no moriría me ayudaba en algo. Ryan habló, y me sobresalte un poco debido a lo sumergido que me hallaba en mí mismo.
 
- Lo siento Liann, por todo – Nos miramos fijamente por unos instantes, pero solo lo miré con severidad y este se marchó a su oficina –
 
                Y allí estaba yo en medio de la sala, con una soledad que abarcaba todo mi ser, ese era el momento en que desearía un abrazo de Gabriella pero sabía que eso no ocurrirá, a lo mejor no ocurría nunca más, y así fue como me arrepentí de no haber disfrutado aun más de su compañía.

Agregar un comentario

Tu nombre o Ingresar

Tu dirección de correo (no se mostrará)

¿De qué color es el pasto? (chequeo de seguridad)

Mensaje *

© 2024 Libro: The Eyes